Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Dic 23, 2025 - 12:20 pm
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El Departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó el 16 de diciembre la condena de Cedric Lodge, exjefe de la morgue de la Facultad de Medicina de la prestigiosa Universidad de Harvard, a ocho años de prisión. Lodge fue hallado culpable de sustraer restos humanos entre 2018 y marzo de 2020, antes de la instauración de los confinamientos por la pandemia de covid-19. Según el expediente divulgado por las autoridades, Lodge tomaba los restos humanos en las instalaciones de la facultad, ubicadas en Boston, Massachusetts, y luego los trasladaba a su vivienda en New Hampshire, en el estado de Nueva Inglaterra. Esta operación se mantuvo oculta durante al menos dos años, en los que Lodge se aprovechó de su posición para violar tanto la ley como la confianza depositada por las familias donantes.

De acuerdo con la Fiscalía de Pensilvania, jurisdicción donde fue enjuiciado, Lodge extrajo “restos humanos, incluyendo órganos, cerebros, piel, manos, rostros, cabezas diseccionadas y otras partes”, que provenían de cadáveres donados. Estos cuerpos ya habían cumplido su finalidad en investigaciones científicas y en la docencia, pero debían ser tratados bajo los estrictos protocolos de disposición acordados con los donantes y sus familiares. Fue en ese proceso de disposición donde ocurría el desvío de los restos, contraviniendo directamente los acuerdos legales y éticos establecidos entre la facultad y las familias.

El comunicado de la Fiscalía resalta que tras el traslado de los restos a New Hampshire, la esposa de Cedric Lodge, Denise Lodge, también participaba en las operaciones ilícitas. Ambos organizaban la venta y distribución de los restos a terceros: los compradores, repartidos en distintos estados, en ocasiones recibían los restos por envío o los recogían personalmente para transportarlos a lugares como Salem (Massachusetts), New Hampshire y Pensilvania. Así, se consolidó una cadena de tráfico interestatal de restos humanos que operó a espaldas de una de las instituciones académicas más reconocidas del mundo.

En el marco del mismo juicio, Denise Lodge recibió una condena de 12 meses de prisión. A raíz de este escándalo, la justicia estadounidense logró descubrir una red dedicada al tráfico de restos humanos, permitiendo así condenar a varias personas implicadas en la compra y reventa de estos materiales. Este caso ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer los controles y la vigilancia sobre los programas de donación anatómica y el manejo de cadáveres en contextos académicos y científicos.

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La Universidad de Harvard se vio afectada por la conducta de Lodge, pues este actuó de manera clandestina y sin el conocimiento de la institución, generando una vulneración directa a los acuerdos realizados con los familiares de los fallecidos. Los cadáveres y partes humanas se destinaban exclusivamente a actividades de enseñanza e investigación, y debían ser tratados posteriormente según procedimientos preestablecidos. El delito se consolidaba precisamente durante la fase final del protocolo, cuando el exjefe de la morgue sustraía los restos para ser comercializados de manera ilícita.

¿Cuáles son los acuerdos de donación anatómica y cuál es su importancia?

Los acuerdos de donación anatómica son contratos establecidos entre las familias de los fallecidos y las instituciones médicas o académicas, en los cuales se establece el destino y tratamiento de los restos con fines científicos o educativos. Estos acuerdos garantizan que los cuerpos sean respetados y que las partes utilizadas sigan un protocolo para su disposición final, lo que es fundamental para mantener la confianza de la sociedad en los procedimientos científicos.

La importancia de estos acuerdos radica en su papel para asegurar la ética y el respeto a la dignidad humana en el contexto académico y científico. Cuando estos pactos se vulneran, como sucedió en el caso destapado por el Departamento de Justicia estadounidense, se genera desconfianza y un profundo impacto tanto en las familias donantes como en la reputación de las instituciones involucradas. ¿Qué medidas pueden tomar las universidades para reforzar los controles en sus programas de donación anatómica y prevenir casos similares?


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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