Estados Unidos acordó con Irak la retirada de todas las tropas de combate que quedan desplegadas en el país para luchar contra los yihadistas, aunque un pequeño contingente permanecerá en labores de entrenamiento.

“Las partes confirmaron que la misión de Estados Unidos y las fuerzas de la coalición ahora llegaron a una transición enfocada en el entrenamiento y el asesoramiento”, señalaron los países en un comunicado conjunto, tras una reunión virtual, el cual recogió la agencia AFP.

Eso “permite el redespliegue de cualquier tropa de combate que siga en Irak, para lo cual el calendario va a ser establecido en un próximo diálogo técnico”, indicaron.

Este anuncio se produce en un momento en que las fuerzas estadounidenses reciben casi a diario ataques de cohetes atribuidos a milicias paramilitares chiitas vinculadas a Irán, lo que llevó al presidente Joe Biden a ordenar ataques aéreos contra campamentos en Siria.

Pero Biden, en una coincidencia poco habitual con su predecesor, Donald Trump, está buscando cómo terminar con una política conocida como la de las “guerras sin fin”.

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Trump había ordenado una reducción del contingente en Irak y en Afganistán en sus últimos meses en el poder, y al 15 de enero las tropas estadounidenses en cada país se habían reducido a 2.500 efectivos.

El expresidente demócrata Barack Obama ordenó la retirada de todas las tropas del país en Irak, pero volvió a enviar efectivos tras la brutal ofensiva del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Según el comunicado conjunto “la transición de las fuerzas de Estados Unidos y otros contingentes internacionales del combate al entrenamiento, equipamiento y la asistencia de las Fuerzas de Seguridad Iraquíes refleja el éxito de esta asociación estratégica”.

Irak se comprometió a proteger las bases con personal estadounidense que, según Washington, está presente “solamente como un apoyo a los esfuerzos de Irak en la lucha contra el EI”.