Una investigación llevada a cabo por Christopher Callahan y Justin Mankin, de la Universidad de Dartmouth, (Nuevo Hampshire, Estados Unidos), estimó los daños causados por distintos países del mundo considerando sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se trata, dicen los autores, de la primera medición de la responsabilidad de las naciones en el fomento de la crisis climática.

En el trabajo publicado en la revista Climate Change, Callahan y Mankin, encontraron que Estados Unidos lidera la lista al ser el que mayores daños ambientales le ha causado a otras naciones del mundo, principalmente las más pobres. Según la investigación, estos daños podrían estimarse en 1.900 millones de dólares entre 1990 y 1994. Lo siguen China, con USD 1.800 millones; Rusia, con cerca de mil millones; India, con poco más de 800; y, por último, Brasil, con más de medio millón.

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Callahan, del departamento de Geografía de la Universidad de Dartmouth, comentó: “No es sorprendente que EE. UU. y China estén a la cabeza de la lista, pero las cifras son realmente muy duras. Por primera vez, podemos demostrar que las emisiones de un país pueden ser objeto de un daño específico”

Los investigadores encontraron que los cinco principales emisores -Estados Unidos, China, Rusia, India y Brasil- han causado colectivamente 6 billones de dólares en pérdidas de ingresos a causa del calentamiento global desde 1990, lo que equivale al 14% del producto interior bruto mundial anual.

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Sin embargo, advirtieron, los impactos del calentamiento global son muy desiguales. Mientras los países de altos ingresos y emisiones se han beneficiado, los de mejores ingresos y bajas emisiones resultan perjudicados, “lo que pone de manifiesto las desigualdades y consecuencias del calentamiento histórico”.

Hasta el momento, comentan los autores, no existían investigaciones que atribuyeran responsabilidades para cada país. “Aquí levantamos ese velo de negación, combinando datos históricos con modelos climáticos de diversa complejidad en un marco integrado para cuantificar la de cada país por los cambios históricos de ingresos provocados por la temperatura en todos los demás países”, explicaron.

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Para Carroll Muffett, director ejecutivo del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL, por sus siglas en inglés), “es un paso positivo que este estudio comience a cuantificar los daños de estos actores nacionales; podemos ver que la escala del daño es enorme”, dijo a The Guardian.

Muffet agregó: “Estamos avanzando lentamente hacia algún tipo de responsabilidad por esto. A medida que se acumulan las pruebas y se establece el historial de obstruccionismo de Estados Unidos en el contexto climático, no creo que ni éste ni otros países puedan eludir su responsabilidad a perpetuidad. Los costes de los daños climáticos son cada vez mayores y, en última instancia, alguien tendrá que pagar ese coste. La cuestión es quién será y cómo se hará”.