Y es que esa ciudad, más barata que otras cercanas como Londres o Liverpool, tiene algo en común con Venezuela: la explotación petrolera. Es por eso que más o menos desde hace una década se empezó a formar allí una colonia de venezolanos, que ha crecido por la crisis económica que hay a este lado del Atlántico, relata El Nuevo Herald.

Así es el caso de Carlos y Nathaly Hernández y sus hijos. Él es veterinario y ella, contadora, y tuvieron que salir de Venezuela cuando jóvenes armados irrumpieron en su finca en busca de dinero. Luego de que Carlos y sus empleados retenidos fueron liberados, él le dijo a su esposa que se iban del país.

Primero, viajaron a Miami con las pertenencias que lograron empacar y con la ayuda de algunos amigos radicados en esa ciudad del estado de Florida, en el sur de Estados Unidos.

“Nunca he llorado como lloré en ese vuelo”, dijo Nathaly.

El artículo continúa abajo

Sin embargo, y pese a que les insistieron que se quedaran allí y pidieran asilo, no vieron mucho futuro y emprendieron un viaje a España. Pero en territorio ibérico las condiciones laborales no eran muy prometedoras, por lo que finalmente viajaron a Escocia, donde ella consiguió trabajo como aseadora de habitaciones y él, como asistente de cocina.

Allí, a pesar de las dificultades del idioma, de la comida “desabrida” y de lo gris de un entorno mucho más frío que el del cálido Caribe, han logrado establecerse. Gustavo, el hijo de 18 años de la pareja, consiguió trabajo de mesero, y Sofía y Ana, las pequeñas, no terminan de acostumbrarse, aunque pueden salir a la calle sin miedo, algo que no pueden hacer en Caracas.

Pero las dificultades, dice el ‘Herald’, se esfuman cuando ven a las niñas sonreír en sus casas y jugar con aparatos que en Venezuela alguien difícilmente puede tener. Las pequeñas ya entienden “un poquito de inglés” y la familia ya les puede ofrecer a sus visitantes una cena con queso y uvas. Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, una dictadura caduca insiste en aferrarse al poder, a costa del padecimiento de un pueblo en permanente éxodo.