
Tras un proceso judicial de 17 años, un juzgado de Estados Unidos falló este lunes 10 de junio en contra de la compañía multinacional Chiquita Brands por haber financiado a grupos paramilitares en Colombia.
La decisión fue tomada por una agrupación de jueces de West Palm Beach, Florida, la cual encontró responsable a la compañía por haber apoyado económicamente a estos grupos ilegales del país durante la década de los noventa.
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Aunque estuvo a poco de cumplir dos décadas desde su inicio, el proceso fue liderado por una agrupación de víctimas de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) que no se rindieron y decidieron tomar acciones frente a esta grave situación que afectó, especialmente, a miles de habitantes de las regiones de Córdoba y el Urabá antioqueño.
De hecho, EartRights International, a través de su cuenta de X, celebró la decisión y afirmó que el veredicto le envió un fuerte mensaje a las empresas de todo el mundo, pues, según su director jurídico, Marco Simons, “beneficiarse de abusos contra los derechos humanos no quedará impune” en ningún lugar del globo.
Por primera vez, un jurado en Estados Unidos ha declarado responsable a una gran corporación estadounidense por su complicidad en abusos contra los derechos humanos en otro país.https://t.co/YOM5Z6rDcN
— EarthRights Intl (@EarthRightsIntl) June 10, 2024
La defensa de la multinacional, por su parte, se mantuvo en la posición de que la empresa se había visto obligada a pagar a este grupo delincuencial para proteger la vida de sus trabajadores y fue enfática en decir que sus operaciones habían aportado a la economía del país.
Sin embargo, el abogado de las víctimas dijo que la empresa no podía justificar su cometido con estos argumentos, pues, pese a ello, la compañía continuaba siendo responsable de tales actos al no poder demostrar que haber financiado a los paramilitares era la única alternativa que tenían.
Y es que, aunque la denuncia fue hecha por solo nueve víctimas, lo cierto es que la victoria de los afectados ilumina a los miles de colombianos que sufrieron, bajo circunstancias idénticas o muy similares, la pérdida de padres, madres, hijos y demás familiares a manos de este grupo armado.
“Es un triunfo de un proceso que viene desde hace casi 18 años, para todos nosotros que hemos sufrido tanto durante estos años. En este proceso hay un debate de justicia y reparación; estamos luchando desde 2007”, dijo una de las víctimas del juicio, citada por EarthRights International.
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