El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue reelegido después de su mandato entre el 2003 y 2010, y tras el triunfo se dirigió a una multitud que se congregó en Sao Paulo y aseguró que su victoria es “de todas las mujeres y los hombres que aman la democracia y quieren libertad”.

El presidente electo, de 77 años, reconoció que “fue una campaña muy difícil”, porque enfrentó a “la democracia contra la barbarie” y, ya casi sin voz, insistió en que quienes le apoyaron le “ayudaron a derrotar a la fábrica de mentiras” de Bolsonaro, que fue acusado decenas de veces de divulgar falsa información.

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Asegura que “la vuelta al poder supone el rescate de la ciudadanía, de la democracia, la visibilidad de Brasil en el contexto mundial, y la protección de la Amazonía”.

Expertos consideran que el retorno del líder del Partido de los Trabajadores al poder, ratifica la idea de volver a crear el bloque de naciones de izquierda de América Latina, pues desde ya dejó claro que pretenderá restaurar el abandonado proceso de integración regional que años atrás se evidenciaba en organismos regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se fundó en Brasil.

Ahora con 11 naciones inclinadas a la izquierda, siete de ellas en Sudamérica, Lula podrá relanzar su estrategia de integración regional, pero primero se verá obligado a ponerle orden a la casa, ya que las recién concluidas elecciones presidenciales dejaron a Brasil partido en dos.

Jaime Alberto Rendón, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle, considera que el triunfo de Lula conlleva un gran significado porque en el contexto regional junto con México conforman la gran economía de América Latina. Mientras que en el internacional, y el presidente electo lo dijo en su discurso tras el triunfo, está la importancia que debe tener Brasil en el contexto internacional que obviamente quedó un poco menguada con la actitud desobligante frente a la comunidad internacional que ha tenido el presidente Bolsonaro.

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Otras implicaciones, precisa Rendón, es que el presidente Lula tiene que conducir la economía a unos pactos sociales dentro de la sociedad brasileña y eso necesariamente va a verse reflejado en el continente, porque es precisamente lo que quieren estos otros gobiernos progresistas, tener una actitud mucho más decidida por parte del Estado para proteger las condiciones de hambre, de pobreza y de inequidad que han tenido las sociedades sobre todo reflejadas con la pandemia.

Por su parte, Helio Armando Fernández, coordinador de la maestría de Comercio Internacional de la Universidad Pontificia de Bucaramanga, considera que con esta victoria, la “marea rosa” se crece, pues a los gobiernos de izquierda en Venezuela, Chile, Argentina y Colombia, e incluso, se puede mencionar a Perú, se le sumará el principal aliado, la economía más fuerte de toda América Latina y Sudamérica.

Asimismo, precisa que las corrientes progresistas se están tomando el poder, no tanto por una ideología de izquierda, sino más bien, por muy malas administraciones de los gobiernos anteriores, pertenecientes a pensamientos de derecha como en caso del expresidente Iván Duque en Colombia, ó como el mismo exmilitar retirado ultraderechista Bolsonaro en Brasil, quién fue criticado enormemente, por sus políticas adoptadas bajo pandemia que oscurecieron aún más el panorama económico del país vecino.

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Beneficios para Colombia

Una vez se conoció el triunfo de Lula, el presidente Gustavo Petro celebró el triunfo y dijo que como primer tema en la agenda con Colombia está “el rescate de la selva amazónica y su investigación científica”.

Y desde el punto de vista económico, el director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle, considera que vienen cosas interesantes como un mayor acceso a los mercados, tanto brasileño como a los del sur del continente.

Agregó que tal como se hizo con Venezuela de reabrir mercados y la apertura de la frontera, el triunfo de Lula puede ser una oportunidad para incentivar el comercio y puede generar otro tipo de alternativas como el cuidado medio ambiental y el cuidado de la selva amazónica; y el negociar en las monedas propias sin recurrir al dólar, es algo muy importante.

En este mismo sentido, Fernández, argumenta que sin duda alguna, la afinidad y pensamiento de los dos mandatarios (Petro–Lula) tanto en políticas económicas como por ejemplo en el manejo de la inflación, como fiscales como por ejemplo una reforma encaminada a recaudar dinero de los más ricos, afianzará los lazos comerciales que de por si siempre han sido muy estrechos.

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Revisando las cifras del Dane y del Ministerio de Industria y Comercio, en lo corrido de este año de enero a agosto el crecimiento en las exportaciones de bienes no minero energéticos creció en un 12 %, comparado con el mismo periodo del año 2021. También con la llegada al poder de Lula Da Silva se tiene la expectativa que el intercambio comercial empiece a ser más fluido, adicionalmente la figura del proyecto de integración Unisur 2.0, seguramente tomará más fuerza para iniciar su desarrollo e implementación dado que Brasil, potenciará el multilateralismo que hay que aclarar, han profesado tanto gobiernos de izquierda como de derecha, pero las diferencias en pensamientos y puntos de vista entre las administraciones de los países protagonistas, no han permitido un acuerdo en común.

Los temas de Colombia con Brasil 

El presidente de Colombia, Gustavo Petro aseguró que unas de sus prioridades con el electo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, será trabajar en la protección de la Amazonía, que en su mayoría es brasileña, además de construir conjuntamente una nueva política antidrogas, entre otros.

Entre los temas de una eventual agenda con Brasil están: el rescate de la selva amazónica y su investigación científica; el camino de una nueva política antidrogas no violenta; la red integrada de energía eléctrica de América con energías limpias y, la integración económica latinoamericana.

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, dijo “es una esperanza para la Amazonía el triunfo de Lula”. Además, subrayó que esperan “hacer una alianza muy fuerte y un liderazgo muy fuerte entre Colombia y Brasil en este propósito”.

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Salvar la Amazonía

Helio Armando Fernández, coordinador de la maestría de Comercio Internacional de la Universidad Pontificia de Bucaramanga, considera que otra arista con Colombia que se puede proyectar con la administración de Lula, es la recuperación de mucha de la Amazonía brasilera, con la ayuda de Colombia, ambos países podrán obtener beneficios en temas de cooperación para la recuperación del medio ambiente tan golpeado en el gobierno de Bolsonaro por su intención de entregar derechos y licencias a empresas privadas para la explotación ganadera y minera, incluso, arrebatándole muchos de estos derechos a comunidades indígenas.