Los 4 disparos de advertencia hechos por Marks, de 29 años, en el interior del hotel Crystal Beach Suites, ocurridos este lunes, no causaron daño a nadie, según un informe policial.

Marks, que llegó a recepción para registrarse, discutió en el vestíbulo del hotel con una turista y su hijo, provenientes de Nuevo México, a los que recriminó que no estaban guardando la distancia de seguridad de 2 metros recomendada para evitar los contagios de COVID-19.

En un momento dado le pidió a la recepcionista que llamara al 911 y posteriormente hizo “cuatro tiros de advertencia”, según admitió en su declaración a la policía tras ser detenido.

El estadounidense enfrenta ahora dos acusaciones por asalto agravado con un arma mortal, exhibir un arma de fuego mientras se comete un delito y disparar un arma en público.

Según la web del departamento de prisiones de Miami-Dade, un juez le impuso una fianza de 11.000 dólares para obtener su libertad y ya la pagó.

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Verónica Pena, identificada por los medios como la mujer que estaba con su hijo a la que Marks confrontó en el vestíbulo del hotel, dijo a las autoridades que él les advirtió de que no estaban guardando la distancia social y les señaló que debían irse del lugar.

Cuando la policía llegó al hotel, Marks estaba en el vestíbulo con la pistola en la mano y fue detenido sin oponer resistencia.

Un testigo dijo haberse interpuesto entre Marks y las otras personas para evitar que les disparase, según el canal Local 10.

Varios huéspedes del hotel dijeron a los canales de televisión locales que escucharon los disparos desde sus habitaciones y temieron por sus vidas y las de sus familias, mientras que otros recordaron lo asustados que estaban la madre y el hijo por los gritos y los disparos.

El sur de Florida y especialmente el condado de Miami Dade es el epicentro del coronavirus en el estado, que acumula más de 441.000 casos positivos y más de 6.000 muertes por la enfermedad desde el 1 de marzo.