El fiscal había solicitado contra el acusado Damien Tarel, de 28 años, esos 18 meses por “violencia contra persona que ostenta autoridad pública”, que es además atentar contra la dignidad de un presidente electo democráticamente.

El hombre, que admitió haberle dado esta bofetada al presidente francés durante la audiencia, fue encarcelado.

Durante la audiencia, el representante del Ministerio Público de Francia había señalado que esa bofetada, que calificó de “absolutamente inadmisible”, fue un “acto de violencia deliberada”.

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Descrito por sus amigos como tímido y afable, Damien Tarel había explicado a los agentes que simpatizaba con el movimiento antigubernamental de los “chalecos amarillos” y se declaró afín a la derecha o la extrema derecha, aunque “sin pertenecer a ningún partido”.

La bofetada infligida a Emmanuel Macron durante un viaje a Tain l’Hermitage (sureste) provocó la indignación de toda la clase política francesa, aunque el presidente relativizó el incidente, al calificarlo de “actos aislados” cometidos por “individuos ultraviolentos”.

Macron, de 43 años y con índices de popularidad al alza recientemente, buscará un segundo mandato con la líder de ultraderecha Marine Le Pen como principal rival, según los sondeos.