José Miguel Vivanco, director de HRW para las Américas, aseguró este martes, durante la presentación del tercer informe sobre la situación humanitaria en Venezuela, que las cifras del coronavirus reportadas por el régimen de Nicolás Maduro son totalmente absurdas.

“En un país donde los médicos no tienen agua ni siquiera para lavarse las manos en los hospitales, el sistema de salud está colapsado totalmente y hay hacinamiento en varios barrios y cárceles, no nos parece creíble que solo existan mil contagiados y 10 muertes”, manifestó Vivanco.

Kathleen Page, profesora asociada de la escuela de medicina de la Universidad Johns Hopkins, entrevistó a cientos de trabajadores de la salud venezolanos y aseguró que una estimación conservadora indicaría que en esa nación se han presentado “por lo menos 30.000 muertes”.

Buque iraní

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“Venezuela tiene 30 millones de habitantes. Digamos que el 1 % este infectado con coronavirus, serían 300.000 casos. Si de esos 300.000 contagiados el 10 % muere, serían por lo menos 30.000 decesos, siendo terriblemente conservadora”, agregó la funcionaria del centro educativo.

Page, igualmente, afirmó que el régimen reportó haber hecho más de 300.000 pruebas para el COVID-19. Sin embargo, el tipo de tests que utiliza (serológicos) tienen un alto índice de falsos negativos.

De acuerdo con un informe del 22 de mayo de las Naciones Unidas, en el vecino país se han realizado cerca de 697.691 pruebas de diagnóstico, de las cuales solo unas 16.577 son de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa).

La ONU, además, reveló en el documento que el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel de Caracas está procesando 600 tests PCR diarios, muchos menos de los que se analizan cada jornada en otros países de Latinoamérica.

Jesús Santrich

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Louis Charbonneau, director de HRW para las Naciones Unidas, finalmente llamó a la comunidad internacional a presionar para que Venezuela abra sus puertas a una respuesta humanitaria a gran escala liderada por la ONU que llegue a todo el país.

“Urgimos al secretario general Antonio Guterres y al coordinador de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, Mark Lowcock, a liderar esos esfuerzos, y a Nicolás Maduro que permita que el personal médico y trabajadores humanitarios hagan su tarea sin temor a represalias”, concluyó Charbonneau.

A pesar de las precarias condiciones sanitarias, la escasez de insumos médicos y la falta de pruebas de testeo, el régimen venezolano afirma que la propagación del virus está controlada y que hasta el momento se han presentado 1.121 casos  y 10 decesos.