De acuerdo con el estudio de la ONG, el tráfico de especies es “una bomba en lo que se refiere a enfermedades infecciosas o mortales”, ya que estos animales suelen permanecer enjaulados en precarias condiciones.

World Animal Protection, de igual manera, aseguró que la pandemia del COVID-19 y los brotes regulares de infecciones por salmonella “resaltan el peligro de la proximidad entre humanos y especies silvestres en malas condiciones de cautiverio”.

Por eso, esta organización exige “acabar definitivamente con el comercio de mascotas exóticas, no solo por el bienestar de los animales y la biodiversidad, sino también para proteger la salud humana”.

Cisnes en Venecia (Italia)

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Los reptiles representan el 20 % del comercio mundial de animales silvestres y, según reveló el informe, las condiciones en que los criadores  los mantienen “no cumplen con los estándares mínimos de cuidado”, pues permanecen expuestos al público en el interior de pequeños contenedores plásticos y cajas de vidrio.

La ONG, finalmente, señaló que las redes sociales y los sitios de e-commerce “fomentan la demanda de los consumidores y el mercado negro de mascotas exóticas”, incitando a las personas a adquirir animales en peligro de extinción con un devastador impacto en su supervivencia.

Debido a la aparición del coronavirus, China prohibió el pasado 24 de febrero el tráfico y consumo de fauna salvaje para garantizar la seguridad ecológica y biológica; además, de prevenir riesgos en la salud pública.