El primer ministro, Boris Johnson, anunció el pasado lunes un retraso de cuatro semanas en la última fase de desconfinamiento en Inglaterra ante la preocupación por la propagación de la cepa Delta, inicialmente detectada en India y entre un 40 % y 80 % más contagiosa que la Alfa (detectada en China). 

El Reino Unido ha llevado a cabo una exitosa campaña de vacunación y su gobierno defiende que aplazar del 21 de junio al 19 de julio el levantamiento total de restricciones permitirá administrar una segunda dosis de la vacuna a millones de personas más.

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La mortalidad sigue siendo baja, con 19 fallecimientos registrados el jueves, y se cree que las vacunas son eficaces en la prevención de síntomas graves vinculados a la variante Delta. 

Uno de los países más castigados de Europa por la pandemia, el Reino Unido registra ya 127.945 muertos confirmados por COVID-19. 

Un informe gubernamental publicado este jueves mostró que el número de casos está “aumentando exponencialmente” en toda Inglaterra, impulsados por los grupos de edad aún no vacunados. 

Entre tanto, el gobierno británico anunció, tras realizar una consulta pública, que la vacunación completa contra el coronavirus será obligatoria para todas las personas que trabajen en residencias de ancianos en Inglaterra, incluido el personal no médico. 

“Las vacunas salvan vidas y, aunque la mayoría del personal de las residencias y los residentes están ahora vacunados, debemos hacer todo lo posible para seguir reduciendo el riesgo”, afirmó el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en un comunicado.