El hecho se produjo hace una semana, pero hasta ahora se conoce el video, grabado por el mismo oficial que protagoniza la persecución, William Umana, con una cámara que llevaba adherida a su cuerpo.

Esa perspectiva hace más vívidas y crudas las imágenes de los instantes previos al desenlace fatal que tuvo la persecución: en primera instancia, Umana conduce su patrulla por las calles del centro de Las Vegas con su mano izquierda en el volante y la derecha en el radio de comunicación.

“¡Están disparando! ¡Están disparando!”, dice el oficial con fuerza, pero sin perder la calma, a la central. “¿Está herido?”, le preguntan del otro lado. “¡No!”, responde Umana manteniendo el control de su vehículo, que por momentos alcanza altas velocidades.

Poco después en su mano derecha ya no aparece el radio, sino su arma de dotación. En su mira, la camioneta negra en la que huyen los dos sospechosos, identificados después como René Núñez y Fidel Miranda, que hicieron más de 30 disparos a los agentes que se sumaron a la persecución.

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En varios tramos de su huida, Núñez y Miranda se meten en contravía por distintas avenidas, con lo que también ponen en riesgo la vida de personas.

De todos los oficiales persecutores, Umana es el que consigue llegar más cerca del carro de los sospechosos. Cuando los tiene cerca, baja el vidrio de su ventana y prepara la pistola.

Ahora deja el volante y toma el arma con la mano izquierda, pero la camioneta que persigue se vuelve a poner por delante. Entonces, empuña su pistola con la mano derecha y dispara a través del parabrisas una ronda de 5 tiros. La camioneta negra se aleja de nuevo.

Umana consigue acercarse otra vez y ahora, desde atrás, cogiendo el arma con sus dos manos, y con su vehículo en movimiento, suelta otra ronda de seis disparos. En otro intento, logra emparejar la camioneta negra por el lado derecho y le descerraja otros siete tiros.

La camioneta se monta, ya sin control, en un andén y se detiene. Umana se baja de la patrulla al tiempo que cambia el proveedor de su arma. La camioneta negra se mueve hacia adelante y hacia tras, intentando reanudar la fuga. Pero Umana le dispara otros 13 tiros, en ráfaga, y se refugia tras un muro.

El saldo final: Miranda, 22 años, murió en la persecución; y Núñez, de 30 años, resultó herido y fue detenido.