Árboles genéticamente modificados fueron plantados por primera vez en Estados Unidos. Se espera que crezcan un 50 % más rápido que otras especies nativas, con el propósito de que ayuden a regular el cambio climático. 

La compañía Living Carbon fue la creadora de esta iniciativa que plantó álamos, una especie de árbol, en el tramo bajo del cinturón de pinos del sur del estado de Georgia.

La cocreadora de la compañía, Maddie Hall, manifestó que muchas personas les dijeron que su idea “era imposible”. Sin embargo, Hall y sus colegas lograron encontrar un patrocinio de 36 millones de dólares para llevar a cabo su experimento.

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Los investigadores de la Linving Carbon crearon los árboles en un invernadero para así probarlos, y usaron una bacteria que hace empalmes de ADN extraño con el genoma de otros organismos. Pero para los árboles que sembraron en Georgia, recurrieron a una técnica más antigua y cruda, conocida como el método de la pistola de genes, que esencialmente lanza genes extraños a los cromosomas de los árboles.

Sin embargo, la iniciativa también ha atraído críticas. El Proyecto de Ecología de Justicia Global, un grupo ambientalista, calificó los árboles de la compañía como “amenazas crecientes” para los bosques y expresó su alarma de que el gobierno federal les permitió evadir la regulación, abriendo la puerta a las plantaciones comerciales mucho antes de lo que es típico para las plantas diseñadas. Living Carbon aún no ha publicado artículos revisados por pares; sus únicos resultados informados públicamente provienen de una prueba de invernadero que duró solo unos meses. Estos datos tienen intrigados a algunos expertos, pero no llegan a un respaldo completo.

Por la misma línea, El Servicio Forestal de Estados Unidos, que planta una gran cantidad de árboles cada año, ha dicho poco sobre si usaría árboles modificados. “Para ser considerados para plantar en bosques nacionales, que representan casi una quinta parte de las tierras forestales de EE. UU., los árboles de Living Carbon deberían alinearse con los planes de manejo existentes que normalmente priorizan la salud y la diversidad de los bosques sobre la reducción de la cantidad de carbono atmosférico”, dijo Dana Nelson, una genetista del Servicio Forestal.

Por ahora, Living Carbon está enfocándose en plantar álamos en propiedad privada, donde enfrentaría menos problemas. Durante las últimas semanas de primavera de este 2023, la compañía espera plantar más árboles en un terreno abandonado de minas de carbón. Sus creadores esperan sembrar más de un millón de árboles el próximo año.