La Cámara baja, controlada por la oposición demócrata, decidirá al final de la tarde, tras una sesión de 6 horas, si aprueba las acusaciones de “abuso de poder” y “obstrucción al trabajo del Congreso” contra el presidente.

“La Cámara de Representantes ejercerá una de las atribuciones más solemnes que le otorga la Constitución, cuando se reúna para aprobar dos artículos de acusación contra el presidente”, señaló el martes la líder demócrata Nancy Pelosi en una carta a los legisladores de su partido.

En una carta en un tono extraordinariamente iracundo en la que considera “engañosos” y “absurdos” los cargos en su contra, Trump se presenta como una víctima de una “cruzada viciosa”, acusa a Pelosi de minar la democracia y le advierte que la historia la juzgará duramente.

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Para el mandatario, la votación en la Cámara baja no es “más que un intento de golpe de Estado ilegal y partidista” motivado por el resentimiento, al acusar a los demócratas de ser “incapaces de aceptar el veredicto de las urnas”.

Y afirma que saldrá airoso del proceso: “No tengo dudas de que el pueblo estadounidense le responsabilizará, junto con los demócratas, en las elecciones de 2020”.

El ‘impeachment’ divide a la población: 45 % quiere que Trump sea removido (77 % entre los votantes demócratas) mientras un 47 % se opone, según un sondeo de la CNN-SSR.

En ciudades como Nueva York, Boston, Nueva Orléans y Los Ángeles, manifestantes a favor del juicio político salieron el martes a las calles con carteles en los que se leían mensajes como “Protejan nuestra Democracia” o “Feliz impeachment”.

Un puñado de legisladores demócratas moderados, elegidos en circunscripciones favorables a Trump, han dicho que apoyarán el juicio del presidente, incluso si corren el riesgo de perder votantes.

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Solo dos de los 231 representantes demócratas podrían votar a favor de Trump, en tanto ninguno de los 197 diputados republicanos ha anunciado hasta ahora su apoyo al proceso de destitución.

Así, hay pocas dudas de que Trump sea sometido a un juicio político en el Senado, algo que solo ha sucedido a dos de sus predecesores: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este estigma.

En la Cámara alta, que probablemente abrirá el proceso en enero, se espera que Trump sea absuelto, pues se necesitan al menos 67 votos para destituirlo y los republicanos ostentan 53 de los 100 escaños.