La única excepción en esta tendencia se presentó en México, donde se impuso el izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

Es así como la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de Brasil prácticamente completó el giro hacia la derecha comenzado hace poco por América Latina, región en que la izquierda era hegemónica hace una década y en la que Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia han quedado aisladas.

Jair Bolsonaro

Artículo relacionado

Jair Bolsonaro gana la presidencia de Brasil por más de 10 puntos porcentuales

La inclinación de la región hacia la derecha comenzó en noviembre de 2015 en Argentina con la victoria de Mauricio Macri.

En febrero de 2017, los ecuatorianos eligieron presidente a Lenín Moreno, que, pese a ser ahijado de Rafael Correa, se distanció de las políticas del izquierdista, se alió a la derecha y hasta se aproximó a Estados Unidos.

En noviembre de 2017, la victoria del conservador Sebastián Piñera en Chile puso fin al liderazgo de Bachelet. En febrero de 2018, Costa Rica optó por el oficialista Carlos Alvarado y Honduras por el conservador Juan Orlando Hernández.

El igualmente conservador Mario Abdo Benítez, hijo del secretario particular del dictador Alfredo Stroessner, asumió la presidencia de Paraguay en abril e Iván Duque, apadrinado por el derechista Álvaro Uribe, asumió en agosto la jefatura de Estado en Colombia.

Perú es gobernado desde marzo por Martín Vizcarra, un político independiente de ideas conservadoras y que fue escogido para concluir el mandato del empresario liberal Pedro Pablo Kuczynski, destituido por un escándalo de corrupción.

Elecciones Brasil

Artículo relacionado

¿Qué hace viable el discurso de Jair Bolsonaro, que en otra época sería inaceptable?

Bolsonaro tiene en común con estos presidentes su fuerte discurso contra la corrupción y prometió profundizar las relaciones de Brasil con los países de la región “libres de dictaduras”.