La conversación comienza con una intervención de ella, en la que expresa claramente la situación de la nave que comandaba, un Boeing 737-700, que cubría la ruta entre Nueva York y Dallas, en Estados Unidos.

—Southwest tiene un motor en llamas. Descendiendo —empieza por decir Tammie Jo Shults, en un audio difundido por Univisión.

—Southwest 1380, ¿está descendiendo ahora mismo?

—Sí, señor. Estamos descendiendo con un solo motor. Hay un incendio.

—Está bien, Southwest 1380. Ok. ¿Dónde le gustaría ir? ¿A qué aeropuerto?

—Estamos pensando en Filadelfia.

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—Southwest 1380, entiendo su emergencia. Avíseme cuando quiera aterrizar.

—Sí, hemos perdido parte de la aeronave. Así que vamos a necesitar ir un poco más lentos.

—Southwest 1380, la velocidad es a su discreción. Mantenga una altitud por encima de los 3.000 pies y me avisa cuando quiera llegar a la base.

—Perfecto. Por encima de 3.000. Ok. ¿Podría hacer que los equipos médicos vayan a la pista también? Tenemos pasajeros heridos.

—Pasajeros heridos. Ok. ¿Y su avión está físicamente en llamas?

—No. No está en llamas, pero hemos perdido parte del avión. Dicen que hay un agujero y que alguien salió despedido.

—Perdone. ¿Dijo que hay un agujero y que alguien salió despedido? Southwest 1380, no se preocupe. Lo solucionaremos. El aeropuerto está a su derecha. Avise cuando lo vea, por favor.

—Southwest 1380. Ya veo el aeropuerto.

—Southwest 1380, pista 27 izquierda, libre para aterrizar. Southwest 1380, gire a la derecha cuando pueda. Si quiere parar, lo que necesite está bien.

—Gracias. Vamos a parar aquí, al lado del camión de bomberos. Gracias por la ayuda.

Después del percance, Tammie Jo Shults ha comenzado a elevarse a las alturas del mito por su destreza y tranquilidad para superar una emergencia que, simplemente, aterroriza a los humanos comunes y corrientes.