Así como Thunberg se convirtió en la cara del ambientalismo, Seibt se está volviendo la representante de aquellos que creen que el cambio ambiental no es tan grave, asegura The Washington Post, que además dice que la alemana es auspiciada por “un aliado con la administración [Donald] Trump”, claro opositor a las medidas ambientales.

El “aliado” del presidente de Estados Unidos es el Instituto Heartland, que, de acuerdo con el medio, son activistas, que antes de Trump habían sido ignorados, pues resaltan las virtudes de los combustibles y critican a la Agencia de Protección Animal.

La joven alemana ahora es la cara de Heartland, y ya aparece en videos de ese grupo en los que cuestiona las consecuencias del cambio ambiental porque considera, según el diario, que activistas y científicos han exagerado con sus predicciones.

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En una entrevista que el periódico estadounidense recoge, sin decir qué medio la hizo, Seibt dijo que su oposición al activismo ambientalismo nació en la escuela y se avivó por las protestas que se hicieron en Alemania con el lema ‘Vienes para el futuro’, inspiradas por Greta Thunberg.

“¿Las emisiones de CO2 causadas por el hombre tienen tanto impacto en el clima? Creo que es ridículo creerlo”, aseguró la joven alemana, según el diario.

Además, la anti-Greta, como la denomina The Washington Post, no comulga con el feminismo ni la inmigración por lo que en su país, escribe el rotativo, la catalogan como simpatizante del partido Alternativa Nacionalista para Alemania.

Esas posiciones de Seibt coinciden con las de Trump que en repetidas ocasiones ha llamado “alarmistas” a los activistas ambientales, e incluso ha criticado a Thunberg por sus discursos para concientizar sobre el cambio climático.