El joven de 33 años deberá pasar un año y dos meses más tras las rejas por daños materiales, sentenció el Tribunal de Distrito de Augsburgo, después de que el grafitero volviera a pintar en 2019 más de 30 grafitis en propiedades privadas.

El grafitero viene dibujando desde hace una década cientos de flores en paredes y objetos de la ciudad bávara y se granjeó el mote de creador de la llamada “flor de Augsburgo”. Así, poco a poco su “fama” fue llegando a otros puntos más distantes de la geografía alemana.

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Hasta el año 2011, la fiscalía de Augsburgo registró casi 500 flores. Sin embargo, estas flores hicieron que el pintor se ganara la simpatía de numerosas personas de la ciudad.

Los motivos florales, algunos de los cuales aún pueden ser apreciados hoy día en el paisaje urbano de Augsburgo, se convirtieron rápidamente en un símbolo de la ciudad del sur alemán.

En varias ocasiones se ha discutido incluso si la flor debía convertirse en un símbolo publicitario oficial de la tercera ciudad más grande de Baviera.

Más tarde, el grafitero comercializó el motivo bajo su seudónimo de “pintor de flores” en camisetas y para una producción de cerveza. También fue contratado para proyectos de grafitis.

Grafitero ya había sido condenado anteriormente

En 2012 fue condenado a una sentencia en libertad condicional y cayó sobre él una multa por los grafitis de las flores. En ese momento afirmó que no iba a pintar más ilegalmente en propiedades de otras personas.

En 2016 fue sentenciado a una pena de prisión por el juzgado municipal de Augsburgo debido a que él y un cómplice cubrieron con grafitis un muro de barrera acústica en una carretera y un tren regional.

No obstante, el tribunal de segunda instancia volvió a librar al “pintor de flores” de las rejas imponiéndole de nuevo una sentencia de libertad bajo palabra.

Sin embargo, el acusado se encuentra en la prisión de Augsburgo desde el verano boreal debido a otras condenas. “La libertad condicional está fuera de toda duda”, subrayó la jueza del distrito municipal Susanne Scheiwiller, teniendo en cuenta las condenas anteriores que el joven de 33 años tiene en su haber.

El siguiente video de Pulzo muestra cómo ha ido creciendo la cultura del grafiti en Bogotá, donde no se han presentado casos como el del grafitero en Alemania: