El Caenorhabditis elegans es una especie de nematodo muy popular entre los científicos. Ha sido usada desde hace décadas para estudiar diversas enfermedades. También, entre otras cosas, fue el primer organismo multicelular cuyo genoma pudo secuenciarse por completo.

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Por esas características, en parte, es que un grupo de científicos liderados por Anastasia Levichev, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, eligió esta especie para hacer un particular experimento: querían saber qué sucedía si exponía a varios individuos a uno de los compuestos del cannabis.

En pocas palabras, lo que hicieron, fue sumergir a un grupo de C. elegans en una solución del endocannabinoide anandamida, para luego ponerlos en un laberinto en forma de T con dos opciones de alimentos. La idea era saber cuál elegían y cuál sería su comportamiento.

Los resultados, que acaban de ser publicados en la revista especializada Current Biology, indican que los animales que estaban bajo el efecto del endocannabinoide eligieron como alimento a unas bacterias nutricionalmente superiores que el otro grupo que estaba en condiciones “normales”. También pasaron más tiempo comiendo.

Aunque, dicen en el artículo, hasta la fecha solo una pequeña cantidad de estudios han examinado los efectos de los cannabinoides en la alimentación y la preferencia alimentaria en los invertebrados, (…)”nuestros hallazgos confirman y amplían investigaciones previas sobre el papel del sistema endocannabinoide en la regulación de la alimentación en C. elegans”, anotan.

En palabras un poco más sencillas, los gusanos que recibieron la droga, se volvieron más sensibles a los olores de los alimentos preferidos y menos sensibles a los olores de los alimentos inferiores.

La investigación surgió luego de que el estado de Oregon legalizara el uso recreativo del cannabis en 2015, un hecho que, a los ojos de los científicos, abrió una ventana para estudiar sus compuestos.

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“Cuanto más sepamos a un nivel básico sobre la fisiología de las drogas, más saludable será nuestra sociedad en última instancia”, le dijo al portal de noticias de la revista Nature, Shawn Lockery, neurocientífico de la Universidad de Oregón en Eugene, coautor de la investigación.

Según Lockery, pese a que la ciencia sabía con mucha claridad lo que sucedía en los mamíferos, le sorprendió lo bien que encajaba la situación en el caso de los gusanos Caenorhabditis elegans.