Decenas de miles de personas salieron el sábado a la calle en varias ciudades rusas, de Moscú a Vladivostok (Extremo Oriente) para reclamar la liberación de Alexei Navalny, enemigo jurado del Kremlin y activista anticorrupción.

Estas manifestaciones no autorizadas se saldaron con detenciones, en ocasiones brutales, y con choques entre manifestantes y la policía.

En total, los agentes detuvieron a casi 3.500 personas, entre ellas 1.360 en Moscú y 523 en San Petersbugo, indicó el domingo la oenegé OVD-Info, especializada en seguir las manifestaciones opositoras.

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Las fuerzas de seguridad llevaron así a cabo el mayor número de detenciones durante manifestaciones de la oposición en la historia de la Rusia moderna.

Según el presidente del Consejo Consultivo para los Derechos Humanos del Kremlin, Valeri Fadeyev, la mayoría de personas detenidas en Moscú durante estas protestas “ilegales” fueron liberadas.

El canciller francés, Jean-Yves Le Drian, se dijo inquieto este domingo por la “deriva autoritaria” en Rusia, un día después de que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) condenaran también la represión de las protestas.

Moscú acusó por su parte Washington de “injerencia” en las protestas por la libertad de Navalny. Su embajada en la capital rusa había publicado un listado de los lugares de la manifestación, exhortando a los estadounidenses a no acudir.

Violencia de ambos lados

El Comité de Investigación ruso, encargado de las principales pesquisas criminales en el país, anunció el sábado por la noche investigar el uso de la violencia contra las fuerzas de seguridad durante las protestas.

En otro comunicado, su sección local en San Petersburgo, la segunda ciudad del país, anunció la detención de un manifestante de 36 años, acusado de golpear a puñetazos a dos policías.

La fiscalía petersburguesa anunció el sábado por la noche investigar no solo la violencia contra la policía, sino también “por parte de las fuerzas del orden”.

El ministerio público difundió su comunicado tras la difusión en medios locales de un video en el que se veía a una mujer caer al suelo tras ser pateada por un agente antidisturbios.

La mujer, identificada como Margarita Yudina, preguntó a tres policías en el video por qué estaban deteniendo a un joven manifestante desarmado. Uno de los policías le dio una patada en el estómago.

Yudina fue hospitalizada el sábado por la noche con una lesión en la cabeza, declaró el domingo a la AFP un representante del hospital Djanelidze de San Petersburgo.

Varias ciudades del país registraron el sábado choques entre policía y manifestantes, mientras decenas de miles de personas protestaban al grito de “¡Putin ladrón!” o “¡Navalni, estamos contigo!”.

En Moscú, cientos de personas llegaron el sábado por la noche hasta la prisión Matroskaya Tishina, donde se encuentra detenido Navalny, en el norte de la capital. La policía las dispersó a golpes de porra y detuvo a algunos.

En detención preventiva y objeto de varias causas judiciales en su contra, Navalny, de 44 años, fue detenido el 17 de enero a su regreso de Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento que atribuye al Kremlin.

Además de los llamados a manifestar, Navalny publicó una investigación, vista más de 70 millones de veces desde el martes en YouTube, sobre un fastuoso palacio a orillas del Mar Negro, del que se beneficiaría Putin.

Las autoridades rechazan tanto las acusaciones de envenenamiento como las de corrupción y califican al opositor y a su entorno de “estafadores”.

El domingo, Leonid Volkov, un miembro del equipo de Navalny, dijo a la AFP estar “muy orgulloso” de las protestas y avanzó que podrían convocarse nuevas para “el próximo fin de semana”.