El punto de encuentro fue una habitación del último piso del hotel Tequendama, en el centro de Bogotá, el 6 de diciembre de 1993, señaló Piero al programa. 

Allí estaban la viuda de Pablo Escobar, su hijo Juan Pablo y Manuela Escobar, la hija del capo.

Cuenta el artista colombo-argentino que él estaba hospedado en el hotel Orquídea y que de pronto recibió una llamada telefónica de Manuela en donde la pequeña, que entonces tenía 9 años, le dijo:

“Piero qué gusto. La verdad estoy muy triste porque a mi papá lo extrañamos mucho. Con papá cantábamos todas tus canciones…”, comentó el cantante al programa.

Y enseguida, la niña lo invitó a que la acompañara a ella y a su familia en el hotel. Aunque Piero no lo comentó a Los Informantes, pero sí al programa Los Implacables del canal 9 de Argentina, ese día también descubrió un aspecto humano de los Escobar.

“Ahí estuvimos hasta la madrugada y escuchamos unos casettes en donde Pablo le contaba cuentos a la hija, para dormirla, que los inventaba con una dulzura que vos decís: “qué tipo oíste””, afirmó el cantante a ese canal argentino.

Los Informantes agregan que la amistad de Piero con los herederos de Pablo Escobar Gaviria se construyó con base en la ayuda que prestó el artista para que el gobierno de ese país los acogiera. Una labor que habría sido compartida con el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Vea aquí la emisión de Los Informantes: