Pasó un buen tiempo desde que se dio el regreso de Sara Uribe a Colombia, eso ocurrió en medio del confinamiento por la pandemia del COVID-19, y hasta ahora se anima a contar cómo y por qué tomó la decisión dejar a Fredy Guarín. En ese momento, se sabía que la relación estaba pasando malos momentos, desde que el futbolista jugaba en China y ella regresó por un tiempo con su hijo, Jacobo.

Sin embargo, la llegada del boyacense al Vasco da Gama, de Río de Janeiro, fue una oportunidad para volverlo a intentar. Pero las cosas no se dieron, los problemas siguieron y ella tomó una dura decisión, de dejar a su pareja y regresar a afrontar una vida nueva en el país.

Lo que vivió Sara Uribe para tomar la decisión de separarse de Fredy Guarín

El pasado jueves 27 de octubre de 2022, mientras mostraba que estaba estrenando muebles para su sala, Sara recordó que al volver a Colombia no tenía ni siquiera una silla para sentarse. Por eso, empezó a contar lo que pasó en una playa de Río y que terminó con la decisión de volver: “Cuando llegué de Brasil, no tenía ni en donde sentarme… Antes de tener esa sala, que regalé, les voy a contar cuando tomé la decisión de separarme y regresé de Brasil…”.

Y empezó a contar el día que su hermano, Tomás, estaba en Brasil y le dijo que fueran a una playa a hablar de su situación, ya que no la veía bien. En ese punto del relato, Sara subió una foto de una niña, que estaba sentada a su lado en la arena, y acompañó la imagen de este mensaje:

“Les cuento que este día, yo estaba en la playa con mi hermano, él estaba como preocupado, porque yo ya no sonreía y no era la mujer feliz, que siempre he sido.

Mi sonrisa ya no se veía, estaba enferma y tenía el alma muy triste”

Los videos continuaron en las historias de la paisa y contó que no pudo explicarle a su hermano la situación que estaba viviendo: “No sabía qué tenía en mi interior y me sentía muy enferma”. Y reveló que la situación de su garganta era delicada, mostrando una imagen de lo que le producían cálculos en su garganta:

“Estaba muy flaca, no me había vuelto a arreglar, el pelo se me estaba cayendo, las uñas se me quebraban. Mi garganta estaba con sangre y yo no podía tragar, hasta tenía mal olor.

Me salieron unos cálculos muy grandes, en las amígdalas, yo me los quitaba todas las noches al escondido… Yo no podía ni hablar y me dolía mucho, percibía ese olor dentro de mí y no podía expresarlo a la gente.

Era como un dolor en el alma, muy grande, como si estuvieran acabando conmigo, por dentro”

Según Sara, empezó a orar y el hermano la dejó tranquila, mientras hablaba con otras personas que estaban en el lugar. “Le decía a Dios que me pusiera personas que me hablaran, que quería el mensaje de Dios y que, si me tenía que ir de ese lugar, que me lo mostrara”. Y en ese punto la historia empieza a tener tintes de revelación para ella, porque apareció la mencionada niña:

“Llega esta niña y me dice: – Tú pareces modelo, bailemos -. Y empezamos a bailar y ella me enseñaba a bailar samba y yo no sabía hablar portugués… Ella me decía que era muy bonita y me abrazaba”

La situación reveladora continuó para Uribe y en ese momento apareció un señor, que también se le acercó y cambio completamente la perspectiva que tenía de lo que estaba sufriendo y viviendo en Brasil, junto a Guarín:

“Se atravesó una persona que recogía basura en la playa, un señor, y ese señor se sentó a mi lado y me abrazó como nunca. Me abrazaba, me abrazaba. Yo le decía que por qué me abrazaba.

Mi hermano se quedó asustado y me dijo: – ¿Viste? ¡Ese señor como te abrazó y la niña como te abrazó!”

En ese punto, Tomás dijo las palabras que la llevaron a decidir el cambio de vida que Sara y su hijo necesitaban: “Tú eres luz, no te puedes apagar, vamos a sonreír, a bailar, a ser felices. Tú tienes que volver a vivir -”.Y un par de días después, emprendió el viaje a Colombia, junto con su hijo y ‘Nathi’ (Nathalia Guarín, familiar de Fredy y quien estaba cuidando a Jacobo).

“Entendí el mensaje de Dios, Dios se me acercó de dos maneras en mi vida y me dio mis mensajes.

A los dos días, cogí una maleta, dos morrales y empezamos de cero…

Fue una nueva vida para mí, con un motorcito tan lindo en mi vida (su hijo) y fue sinónimo de que yo soy capaz, yo pude, tenía que volver a vivir y en ese lugar querían matarnos y dañarnos. Pero, la maldad y la vida no podían con tanto amor bonito”

 

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Eso sí, Sara Uribe no olvida el dolor que le quedó por dejar al hombre que amaba, al padre de su hijo, pero tenía que hacerlo:

“Nos vinimos, con el dolor en el alma, ustedes no saben lo que lloraba en ese avión. Se me caía la vida, se me derrumbaba tener que dejar a alguien; amándolo con todo mi ser y mi corazón. Dejar una vida, que para muchas personas era de ensueño.

Y venirme con lo que teníamos y ¿qué cara le doy al mundo? ¿Cómo le digo al mundo que tengo que volver a empezar?”