La segunda parte de la última temporada de la comedia creada por Martha Kauffman, recordada por haber sido productora ejecutiva de Friends (1994-2004) y Howard J. Morris, fue estrenada y es imposible no querer hacer una maratón. Reseña sin spoilers.

Grace and Frankie es sin duda uno de los grandes aciertos de Netflix. Desde su llegada a la plataforma en 2015, la serie no hizo más que crecer en audiencia. Y no era para menos, su reparto significaba un éxito desde el inicio, pero la química entre Jane Fonda (Grace) y Lily Tomlin (Frankie) superó todas las expectativas y juntas construyeron una historia entrañable de la mano de personajes profundamente humanos con los que el público podía identificarse.

Pocas veces los astros se alinean de una manera tan favorable. Actores y actrices con una gran experiencia que desarrollan personajes creíbles y adorables, libretistas dispuestos a desarrollarlos a la par de la historia, la libertad de los directivos de la plataforma de streaming y el respaldo absoluto de los fans de la serie.

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La trama es poco habitual. Después de 40 años de matrimonio, Robert Handson (Martin Sheen), esposo de Grace, y Sol Bergstein (Sam Waterston), esposo de Frankie, confiesan que son homosexuales y que han mantenido una relación durante décadas. La separación conlleva a la improbable convivencia de las dos mujeres, unidas por el abandono, mientras sus exesposos inician una vida de pareja.

A lo largo de 7 temporadas la serie edifica la amistad de las dos protagonistas que emprenden su propio camino, sintiéndose primero sitiadas por la desdicha y después, libres de hacer una vida según sus propias decisiones, convirtiéndose en empresarias y explorando nuevas relaciones de pareja.

Es difícil que una serie de comedia logre lo que ‘Grace and Frankie’ logró. Uno de sus grandes méritos es que cada personaje está bien desarrollado, teniendo un lugar en la historia de manera orgánica que permite ahondar en sus debilidades, miedos, aciertos y derrotas, haciéndolos cercanos y, de esta manera, profundamente humanos. Todos tenemos algo de uno de ellos y eso hace que sea imposible no sentirse identificado y quererlos.

La séptima temporada, que marca el cierre de la historia, es un coctel de sensaciones que van de la risa en su expresión más pura hasta el llanto, explorando temas como las rupturas amorosas, la pérdida de memoria y la muerte. Es un final más que digno para una serie que marcó una ruptura con las series de comedia al poner como personajes principales a personas de la tercera edad, distanciándose de otras celebradas producciones del género como ‘The Big Bang Theory’, ‘How I meet your mother’ o ‘Friends’.

Si estabas esperando el final de la historia (aunque ya se estrenó hace un par de semanas y es poco probable que los fans hayan aplazado verla), tienes que saber que estará a la altura de toda la serie, y si aún no la has visto, quizás este sea el momento de darle una oportunidad.