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La familia de Rick Harrison, presentador del programa estadounidense El precio de la historia, dio a conocer que su hijo, Adam Harrison, falleció. El hecho lo difundió el sitio web estadounidense TMZ, que se centra en noticias de las celebridades. En el portal se lee: “Nuestra familia está extremadamente triste por la muerte de Adam. Pedimos privacidad mientras lamentamos su pérdida”.
A través de su cuenta en Instagram, Harrison confirmó la muerte de su hijo, que tenía 39 años: “¡Siempre estarás en mi corazón! Te amo, Adam”. Corey, su hermano, también publicó una foto en sus redes, donde aparecen juntos en una bañera cuando eran niños. “Siempre te amaré, bubba”.
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De qué murió el hijo de Rick Harrison, de ‘El precio de la historia’
De momento, las causas del deceso están siendo investigadas por las autoridades. TMZ, por su parte, detalló que el fallecimiento podría estar relacionado con una “sobredosis fatal”. Mientras, la Policía de Las Vegas inició una investigación sobre el caso, aunque todavía no se conocen detalles específicos sobre el lugar exacto y las circunstancias en las que ocurrió el deceso.
Adam no era parte del elenco del programa, que trata sobre una casa de empeño manejada por una familia en Las Vegas, popularizado hace unos años y transmitido por History Channel. Él, más bien, manejó un bajo perfil en el mundo del entretenimiento. Al parecer, de acuerdo con la información de TMZ, era plomero.
Pulzo complementa
Hace meses, Corey Harrison, conocido por ser una de las personalidades en ‘El precio de la historia’, fue detenido en Las Vegas, Estados Unidos, por la Policía después de realizar maniobras inusuales al conducir. Aparentemente, las autoridades lo interceptaron debido a que su vehículo se desviaba, sugiriendo la posibilidad de conducir bajo la influencia del alcohol.
Según TMZ, Harrison admitió haber tomado algunas bebidas horas antes, pero afirmó que estaba en condiciones de manejar. Sin embargo, no pasó la prueba de alcoholemia inicial y solicitó una segunda prueba con el alcoholímetro, que estaba defectuoso. Ante la falta de opciones, los agentes lo esposaron y lo llevaron a una comisaría cercana.
En la estación, Harrison pidió nuevamente una prueba con el alcoholímetro, pero este también estaba fuera de servicio. Al no poder realizar una prueba física, los policías optaron por un análisis de sangre y lo liberaron después de 8 horas en lugar de mantenerlo detenido por varios días. Harrison conservó su licencia de conducir y recibió una multa de 300 dólares.
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