Aunque desde pequeña la artista sabía que quería ser cantante, tuvo que buscar empleos alternos a la música para ayudar a sus papás y a sus hermanos, 7 de ellos ya muertos, desplazados por la violencia de la guerrilla en esa época.

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Uno de sus primeros trabajos fue como vendedora de libros. En una entrevista contó que una vez vio una mujer muy elegante que llegó a donde ella se estaba quedando y le dijo que era ejecutiva de ventas; le ofreció trabajar con ella y, cuando fue a donde el jefe, resultó que su trabajo era ofrecer libros por toda la ciudad.

La artista, agregó en Semana, también trabajó en una empresa contestando teléfonos, como una especie de guía turística, cuidando ancianos y de peluquera. En esa última labor, Henao vivió una situación tensa por un mal corte (que se vio en su bionovela), que ahora cuenta entre risas.

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Arelys Henao trasquiló a una mujer cuando fue peluquera

‘La reina de la música popular’ contó en la revista que una vez, a sus 16 años, se fue sola para un pueblo de Antioquia donde estudiaba y alguien le ofreció trabajar en una peluquería. Pese a que ella no sabía, aceptó.

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Henao tenía que pasar la prueba de peluquear a un señor y le fue bien. No obstante, un día llegó una señora y ella la “motiló” hasta verle el “cráneo”. 

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Para disimular, la artista cogió gomina y le pegó el pelo que a la clienta le quedó para que no se diera cuenta. Después del evento, la señora volvió a la peluquería, con policía y todo, para reclamarle a la cantante.

“Me iban a cascar. Eso fue un problema horrible. Yo me escondí en el baño y los jefes míos se morían de la risa; ya sabían toda mi historia y me tenían mucho cariño”, contó Henao.

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Después de ese traspié, la artista aprendió a cortar el cabello e incluso, cuando volvió a su pueblo, puso su propia peluquería que solo tenía un espejo. Le fue muy bien, pero tuvo que salir huyendo de la violencia.

Gracias a ese trabajo Henao conoció al amor de su vida, que además de ser su esposo, ahora es su mánager.