Tanto Gustavo Petro como Rodolfo Hernández se juegan sus últimas cartas a poco más de una semana de la segunda vuelta presidencial. Mientras que el primero se la juega por buscar alianzas de diferentes movimientos políticos, el segundo sube más personas a la llamada ‘Rodolfoneta’ con la que intenta acercarse más a los ciudadanos del común.

Como parte esa estrategia de campaña, Petro compartió en las últimas horas una curiosa pieza gráfica en la que muestra su hoja de vida y la califica como una acción de respeto para con los ciudadanos para que ellos sepan a quién le pagarán su salario si llega a la Casa de Nariño.

“Es una solicitud de emplelo que les va a llegar a cada uno de ustedes con mi firma, lo que he estudiado, donde nací, mis cargos, mis premios y mi propuesta de trabajo. Y firmo”, dice Petro.

(Vea también: Ni Hernández, ni Petro: populismo es protagonista de campañas presidenciales en Colombia)

Esta es la publicación que hizo el candidato de su hoja de vida:

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Tan pronto hizo el posteo en sus redes sociales, los críticos y personas se tomaron con buen tono la publicación. Sin embargo, también le hicieron bromas alusivas al recurso que utilizó el exalcalde de Bogotá para intentar ganar votos.

“No nos llames, nosotros te llamamos”, dice un meme que publicaron en Twitter, como forma de sacarle humor a la campaña del candidato de izquierda.

Estos son algunos de los comentarios que dejó la publicación de Gustavo Petro este miércoles:

Estados Unidos critica a Petro en la ONU y evalúa si continúa apoyo a Colombia en el Acuerdo de Paz

Estados Unidos lanzó fuertes críticas al presidente Gustavo Petro durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se presentó el informe trimestral sobre la paz en Colombia. El representante estadounidense, Mike Waltz, acusó al Gobierno de usar “retórica incendiaria” y de impulsar políticas que, según Washington, socavan los avances hacia una paz duradera. Además, cuestionó la ampliación del mandato de la Misión de Verificación, señalando que se ha desviado de su objetivo inicial —la desmovilización de las Farc— para centrarse en lo que calificó como “prioridades políticas excesivas”, como la JEP y el apoyo a minorías étnicas.