La polémica de esta semana se ha enfocado, primero en determinar si Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, había decidido subirse a una tarima en Girardot, al lado de su escudero Gustavo Bolívar, para dar un discurso al ritmo de un traguito.

Lea también: Aida Merlano, ¿la sepulturera del clan Char?

Frente a las presiones y justificaciones de algunos seguidores, que trataban de buscar las razones a la forma poco usual de cómo Petro habló en el pueblo natal del senador Bolívar, finalmente el precandidato del Pacto Histórico optó por decir que sí se había tomado un traguito, pero que le había sentado mal por el jet lag de su reciente viaje a Europa. “Le pido excusas a quienes asistieron al acto, que quise cumplir a pesar de mi cansancio”, escribió Petro.

Sin duda, esta salida en falso del candidato más fuerte hasta ahora en las encuestas presidenciales se convirtió en una ‘papaya’ para algunos de sus contendores para atacarlo o para borrar o tender una cortina de humo sobre otros escándalos de los últimos días que podrían ser más graves, como en el que está metido desde la semana pasada Álex Char tras las revelaciones de fotos y mensajes de su relación sentimental con Aida Merlano.

Que los electores, y los propios medios y analistas políticos tengan en su agenda este tipo de situaciones para discutir, muestran el empobrecimiento en el que anda la actual campaña política.

Recomendado: “No sé lo suficiente de Colombia como para asesorar a Petro. Eso sería ridículo”: Thomas Piketty

El analista político y columnista de El Tiempo Pedro Medellín le dijo a Diario Criterio que la actual campaña política perdió peso y altura. “No se escuchan propuestas ni se ve el peso político de los candidatos. Lo que antes era uno de los elementos clave, que era tener un candidato que tenía un peso político, que era el reflejo de un partido, de un movimiento detrás, de encarnar un poder, ya no se ve”.

Por el contrario, dice Medellín, el actual debate y los candidatos están absorbidos por la coyuntura. “Los debates han sido muy pobres en propuestas y argumentación, se nota que no hay equipos ni trabajo programático detrás y todos están concentrados en ganar las consultas, para ahí sí, empezar a armarlos. En conclusión, la campaña perdió vuelo”.

Char y Cabal completaron la semana del ‘show’ político

Cabe recordar que, además de los tragos de Petro, los últimos días han estado movidos en materia de escándalos pulpitos. La semana empezó con la filtración hecha por la revista Semanadel testimonio dado por Aída Merlano a la Corte Suprema de Justicia. Con fotos, chats y videos la excongresista prófuga aseguró que el clan Char habría financiado de manera irregular su campaña al Congreso y que sostuvo una relación amorosa con Álex Char.

La noticia se volvió viral y los medios hicieron eco de lo dicho por Merlano. Pero pudo más el morbo y el amarillismo de los detalles sobre la relación sentimental de ambos políticos que la revelación de que Álex Char le habría entregado 500 millones de pesos a ella para comprar votos. Diferentes medios hicieron eco de los chats donde la pareja se juraba amor eterno y de las fotos de ellos departiendo una noche romántica, y dejaron y descuidaron el tema de corrupción.

La desviación de la noticia de un tema privado, que demostraría, como lo dijo la misma Merlano, la cercanía de clan Gerlein, al que ella pertenecía, con los Char, a un asunto público de extrema gravedad fue advertido por algunos periodistas. Vanessa de la Torre escribió: “El asunto es de compra de votos, no de infidelidad“.

Han pasado varios días y la noticia sigue refundida entre el lío de faldas (al que se le sumó el capítulo de la esposa de Char, Katia Nule, diciendo: “Al pasado pisado, y al presente de frente. Y así debe ser”) y la teoría conspirativa lanzada por el abogado del exalcalde de Barranquilla y sus compañeros de precandidatura de Equipo por Colombia. En lugar de hacer una condena a la corrupción electoral, han puesto en duda el testimonio de Merlano y afirman que detrás de este están Maduro y Petro.

El otro escándalo que le quita nivel a la campaña llegó por los lados del Centro Democrático, con la polémica que generaron los audios de María Fernanda Cabal que criticaban el gobierno de su copartidario Iván Duque.

Las filtraciones terminaron en una serie de chismes y pullas en las que también participó el presidente Duque, quien respondió a la senadora Cabal con una frase en latín, “mininis non curat praetor”, dijo el mandatario, lo que significa “de los asuntos intrascendentes no se ocupa el magistrado”.

Cabal no se quedó con las ganas de responder y utilizó la frase de Duque en su contra. “Ya que el ‘praetor’ no se ocupa de las cosas pequeñas, por favor ocúpese de las importantes”, dijo.

Este tipo de rencillas parece estar muy lejos de lo que quieren los colombianos, en cuanto a la gestión de Iván Duque, y lo que quieren los simpatizantes del Centro Democrático. Por un lado, no es la primera vez que el mandatario se mete en la campaña, pues ya ha lanzado varias pullas contra Gustavo Petro.

Esto ha generado varios llamados de atención a Duque, pues para muchos el presidente tiene varias deudas en su gestión y debería concentrarse en atenderlas antes de que termine su paso por la Casa de Nariño.

En cuanto al Centro Democrático, parece que las peleas internas han desfigurado la agenda política de sus candidatos al Congreso, pues la mayoría parece estar más pendiente de quién está con Óscar Iván Zuluaga, Cabal o Duque, que de las propuestas con las que esperan llegar al Legislativo, muchos a repetir curul.

En conclusión, lo sucedido en estos últimos días pareciera que en la contienda política fueran más importantes los temas amarillistas de un supuesto acto de corrupción política, las reflexiones también privadas de una congresista sobre el presidente o el presunto estado de alicoramiento de un candidato en tarima. Temas que dejan por fuera, por ejemplo, qué fue lo que dijo ese precandidato o la gravedad de la compra de votos. Si las cosas siguen así, los colombianos votarán movidos por el morbo y la emoción que por las propuestas de los candidatos.