A Alejandro Gaviria, exrector de la universidad de los Andes y ex ministro de Salud, después de informar que sí buscaría la presidencia de la República por el movimiento Colombia tiene futuro, le llovieron aplausos —sobre todo desde el sector de los estudiantes universitarios que se lo pedían—, pero también le cayeron críticas de quienes consideran que el país no lo conoce por no moverse de Bogotá.

Una de esas críticas es la representante por el Partido Verde Katherine Miranda, que le dijo a Pulzo que Gaviria “tiene que salirse de esa burbuja de [la universidad de] Los Andes, estrato 6. Eso no es Bogotá, eso no es Colombia. Lo quiero ver en Titiribí, en Aguachica, haciendo campaña”.

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Para la congresista, “lastimosamente en este país, ese 1 % que él representa, ese estrato altísimo, muy ilustrado, no es el 99 % del que somos el resto”, aunque admitió que Gaviria le parece “un excelente candidato”. “Siempre me ha parecido un tipo interesante, brillante. [Pero] Siento que lo están vendiendo un poco mal” para las elecciones presidenciales de 2022.

Gaviria lo debe saber. Nadie que pretenda llegar a la Casa de Nariño puede pensar que sin recorrer las regiones logrará ese objetivo. Por eso, el candidato comenzó correrías por ciudades intermedias para exponer sus tesis y empezar a delinear y dar a conocer lo que sería su programa de gobierno.

Esos viajes los ha acompañado con otras actitudes propias de la contienda política, que van desde poner a hablar a su perro para la campaña hasta sugerir que Gustavo Petro se opondría al aborto y que el líder de la Colombia Humana no es tan progresista como dice. Y también ha arremetido contra el uribismo al decir que no votaría por María Fernanda Cabal.

Alejandro Gaviria viaja a regiones de Colombia

Desde las regiones, a Gaviria le preguntan, por ejemplo, cuál es su propuesta sobre el tratado de Libre Comercio del Pacífico, que “Chile está utilizando para introducir producto terminado de origen asiático a muy bajos costos que destruyen la industria colombiana”.

Precisamente, Gaviria comenzó esta semana con una visita a Cali, en donde se reunió con estudiantes, académicos, líderes sociales y empresarios. Y, por supuesto, acompañando a los voluntarios de su campaña que están en la tarea de recoger las firmas para inscribir su candidatura en la Registraduría Nacional del Estado Civil.

“Bueno, este man qué tiene que decir”, dice Gaviria, para hablar de sí mismo, al dirigirse a los jóvenes en diferentes escenarios, apelando a términos muy utilizados por ellos en sus conversaciones cotidianas, y para asegurar que el solo hecho de que permitan que él les hable es “una actitud democrática en un sentido profundo”.

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“La libertad tiene que ver mucho con el respeto a la diferencia. Lo que nosotros pensamos no es único y puede que haya gente que piense distinto”, les dice Gaviria a quienes van a escucharlo en diferentes escenarios. “Y algo que hoy en día es tan difícil en la política y es que, si somos adversarios y pensamos diferente, tenemos una idea distinta de transformar la sociedad, no somos enemigos. Y que si vamos a tener una conversación yo voy a ser capaz de contradecir tus ideas no te voy a insultar ni a llenar tus redes sociales de infamias”.

Con ese tipo de mensajes Gaviria llega este martes a Bucaramanga, otra importante ciudad intermedia, para seguir su aproximación a esa Colombia que no está en Bogotá y por la que le reclaman sus críticos.

En la capital de Santander, Gaviria, invitado por los pequeños industriales y empresarios, hablará, entre otras cosas, de protección a la industria nacional, disminución de la carga tributaria, internacionalización y actualización.