La temporada navideña parece ser la más propicia para hacer política. La razón quizás obedezca a que los potenciales electores están ocupados con las festividades de fin de año y los políticos se sienten huérfanos de atención. Por eso, arrecian sus choques para atraer como sea las miradas de quienes están más pendientes del pesebre, la natilla y los buñuelos que de discursos y promesas.

Las elecciones presidenciales están a solo cinco meses y las diferentes fuerzas políticas en disputa no quieren perder ningún espacio que puedan aprovechar. Uno de los más recientes roces es el de los expresidentes Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe, y este martes la confrontación corrió por cuenta de Sergio Fajardo y Gustavo Petro. El exgobernador de Antioquia lanzó un trino en el que evidentemente comparó al recién elegido presidente de Chile con el líder de la Colombia Humana, que no tardó en responderle y responderle con un reto.

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Después, fue el expresidente Álvaro Uribe el que puyó a Fajardo al asegurar en Twitter que el precandidato de la coalición Centro Esperanza “no es corrupto pero es un pésimo administrador”. Este trino fue el comienzo de un cruce de mensajes que escaló, como es habitual, sin que de los políticos surgiera una propuesta clara para el país o la solución a un problema real, como también es habitual.

Fajardo le respondió al líder del Centro Democrático con un cuadro en el que reseña los indicadores de ejecución de su alcaldía en Medellín, entre 2004 y 2007, al que acompañó con una fuerte afirmación: “Su tiempo es el pasado, su juez será la historia, y sus críticas son, más bien, elogios. Disfrute a sus nietos, expresidente, y dele paso al cambio que tendrá lugar en Colombia. Se llenó el vaso: no más miedo ni rabia. Feliz navidad”.

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Uribe, al ver el calibre de la respuesta de Fajardo, se refirió también al pasado, pero del precandidato de la coalición Centro Esperanza (se transcribe textualmente): “Dr Fajardo en tiempo pasado se le cayó la Biblioteca España, aceleraron a HidroItuango, con su ausencia y su responsabilidad, también pararon durante años la ejecución del túnel de Oriente. Es un pésimo administrador, muy suave con el dr Petro, con Farc y muy hóstil con nosotros”.

Pero el expresidente no se quedó solo con eso. Añadió dos trinos en los que dice que la “única gracia” de Fajardo “es la hostilidad” con el uribismo, que “bastante” le ayudó durante su alcaldía de Medellín. Y cierra con otro en el que asegura: “Un viejo como yo soy tiene derecho a que Colombia la administre, un joven, o también viejo como usted, pero que sea buen administrador. Su escuela es la del desgreño de los recursos públicos para comprar publicidad personal”.

Fajardo concluye este capítulo relacionando el comentario de Uribe con el contralor Carlos Felipe Córdoba, que en un fallo de segunda instancia lo halló responsable fiscal por el descalabro de Hidroituango. Además, le hace una recomendación final: “Le doy un consejo, expresidente Uribe: váyase a ver ballenas”.