
Comprar una casa es una de las inversiones más significativas que una persona puede hacer, y la expectativa de recibir las llaves de su nuevo hogar puede ser inmensa. Sin embargo, ¿qué sucede cuando esa entrega se retrasa o, peor aún, nunca ocurre? Esta situación, aunque poco común, puede causar un gran estrés y pérdidas económicas considerables. Si se encuentra en este desafortunado escenario, es fundamental que actúe de manera rápida y estratégica para proteger sus derechos e inversión.

El estrés también se presenta, porque muchos le dedican meses y hasta años para acceder a subsidios del Gobierno o de cajas de compensación para vivienda y cumplir el sueño de un techo propio. No obstante, luego de cumplir con todos los requerimientos y trámites, suelen presentarse retrasos para gozarlo y eso saca de quicio a quienes se han esforzado por mucho tiempo.
Ante la falta de entrega de la propiedad, el primer paso es documentar cualquier comunicación y evidencia del incumplimiento por parte del vendedor o constructor. Esto incluye correos electrónicos, mensajes, actas de reuniones o cualquier documento que demuestre los retrasos. Con esta información en mano, es imperativo que busque la orientación de un abogado experto en derecho inmobiliario. Este profesional podrá analizar su contrato de compraventa para identificar cláusulas de incumplimiento, penalidades por retraso o condiciones de rescisión, según explica el Ministerio de Justicia.
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Dependiendo de lo estipulado en el acuerdo, podrá iniciar acciones legales que van desde la exigencia de la entrega forzosa del inmueble y el cobro de multas, hasta la resolución del contrato con la devolución de las sumas pagadas más una indemnización por los daños y perjuicios sufridos. No deje pasar el tiempo; cada día cuenta para salvaguardar su patrimonio.
¿Cuál es la penalización por retraso en la entrega de un bien?
Para determinar la penalización por el retraso en la entrega de un bien, es crucial referirse a lo estipulado en el contrato entre las partes. Generalmente, los acuerdos comerciales incluyen cláusulas específicas que establecen las consecuencias de un incumplimiento, como lo es la demora en la entrega.
Estas penalizaciones pueden variar ampliamente: desde el pago de una multa diaria o semanal calculada sobre el valor del bien, hasta la resolución del contrato y la exigencia de indemnización por daños y perjuicios si el retraso genera pérdidas significativas para la parte afectada. La claridad en la redacción de estas cláusulas es fundamental para evitar futuras disputas y asegurar un marco legal para ambas partes.




¿Cómo se hace un contrato de vivienda?
Antes de sellar cualquier acuerdo verbal, es crucial formalizar la relación entre arrendador y arrendatario mediante un contrato de vivienda por escrito. Este documento legal no es un mero formalismo; es la piedra angular que protege los derechos y establece las obligaciones de ambas partes, previniendo futuros malentendidos y disputas. Uno bien redactado proporciona claridad sobre aspectos fundamentales como la duración del alquiler, el monto de la renta, las condiciones de pago, y las responsabilidades de mantenimiento.
En primer lugar, debe especificar claramente la identificación completa de las partes (arrendador y arrendatario) y una descripción precisa del inmueble objeto del contrato, incluyendo su dirección exacta. Es imprescindible detallar la duración del contrato, estipulando la fecha de inicio y finalización, así como la posibilidad de prórrogas. El monto del canon de arrendamiento, la fecha y forma de pago, y las condiciones para el reajuste anual.
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