Un informe del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana da cuenta de algunas posibles consecuencias sobre lo que dejará la reforma tributaria, con especial foco en aquellos impuestos saludables que aprobaron en Senado y Cámara de Representantes, para los hogares pobres de Colombia.

Vale recordar que la reforma tributaria creó un paquete de impuestos en el marco de la producción de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas que, sin dudas, tendrá efectos sobre el comportamiento del consumo.

(Vea también: Reforma tributaria en Colombia: quiénes van a aportar más plata al recaudo final)

Indican desde el Observatorio Fiscal que, aún con un riesgo de efecto regresivo de estos impuestos saludables, existe evidencia que sugiere que estos costos se compensan con los beneficios en salud percibidos en el largo plazo.

“Estos beneficios se manifiestan a través de menores tasas de sobrepeso y obesidad. También se ha documentado que la regresividad en el impacto económico de este impuesto en las personas más pobres es superada por el ahorro de recursos públicos y privados destinados a atender los problemas de salud”, dice el informe sobre estos puntos de la reforma tributaria en Colombia.

Sin embargo, hay también un coletazo que va a llegar para los hogares del país al momento de adquirir los alimentos y bebidas que se van a gravar por cuenta de la reforma tributaria.

Reforma tributaria: más efectos de los impuestos saludables

“Como consecuencia de estos impuestos, los hogares más pobres necesitarán de $5.000 mensuales adicionales para continuar con los mismos patrones de consumo”, advierten desde el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana.

El punto está en que si bien esos $5.000 representan el 0,6 % de los gastos mensuales, de los hogares más pobres, al momento de tasarlos en términos de ingresos mensuales los $5.000 representan el 3 % del total. Adicionalmente, los hogares más ricos necesitarán de $19.000 mensuales adicionales.

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“Este dinero adicional representa el 0,07 % de sus ingresos y el 0,15 % de sus gastos. Estos resultados asumen que se conservan los mismos niveles de consumo de este tipo de bienes y no tienen en cuenta los posibles beneficios en el largo plazo”, complementa el informe.

Para finales de 2023, los impuestos a las bebidas azucaradas que se aprobaron en la reforma tributaria se traducirían en un aumento de alrededor del 3 % en el precio de los productos con bajo nivel de azúcar y del 6 % para el precio de los productos con alto nivel de azúcar. Estos impuestos aumentarán de nuevo en 2024 y 2025.

“La preocupación en este punto consiste en que el impacto no sea lo suficientemente grande para disuadir a los consumidores de dejar de comprar este tipo de productos. En efecto, la OMS ha establecido que el diseño apropiado para este tipo de impuestos debe incrementar el valor de su venta en al menos un 20 %”, puntualiza el análisis.

Concluye el reporte advirtiendo que, si bien la creación de estos impuestos es un paso en la dirección correcta, hay una “falta de ambición” sobre al aumento del costo que genera incertidumbre respecto a la existencia de un efecto significativo sobre el consumo de estos bienes.

“Desafortunadamente, la reforma tributaria no estuvo acompañada de estudios técnicos estimando el impacto sobre el consumo y sobre la salud. Dicho esto, la posibilidad de que el impuesto sea ajustado más adelante debe seguir abierta. En todo caso, desde el Observatorio Fiscal queremos advertir que este abordaje de salud pública debe hacerse de manera transversal con otras políticas públicas, como la del etiquetado saludable”, concluye el reporte.