
La reforma laboral, una de las banderas del Gobierno de Gustavo Petro, encontró un nuevo aliento en el Congreso de la República tras ser enviada a la Comisión IV del Senado el mismo día que se hundió la consulta popular. Sin embargo, el optimismo es cauto.
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En una entrevista con El Tiempo, el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, expresó su determinación de dar el debate, pero no ocultó la desconfianza del Ejecutivo ante lo que percibe como maniobras para enterrar el proyecto por segunda vez.
Con tiempos apretados y mayorías esquivas, el Gobierno se prepara para una batalla legislativa que considera clave para los derechos de los trabajadores colombianos.
La reforma laboral llega a la Comisión IV del Senado en un momento crítico. Tras el hundimiento previo del proyecto, el envío a esta comisión —donde el Gobierno no tiene mayorías— fue interpretado por el ministro como una jugada estratégica del presidente del Senado, Efraín Cepeda.
“Si Cepeda envió la reforma a la Comisión Cuarta es porque ahí tienen amplias mayorías. Después de todo lo ocurrido, lo que quieren es darle un entierro de quinta por segunda vez a la laboral”, afirmó Sanguino en el rotativo.
Reforma laboral en Colombia: cuáles son los principales puntos
El proyecto, que busca mejoras como mayores recargos nocturnos y dominicales, así como una jornada nocturna que inicie a las 7:00 p. m. en lugar de las 9:00 p. m., enfrenta un camino cuesta arriba. La oposición y sectores críticos han cuestionado su impacto económico, mientras el Gobierno insiste en que es un paso hacia la justicia laboral. Sin embargo, las heridas del primer fracaso legislativo y la percepción de maniobras políticas han sembrado dudas en el Ejecutivo sobre las verdaderas intenciones del Congreso.

Uno de los principales obstáculos es el calendario. Con el periodo legislativo finalizando el 20 de junio, el tiempo para un debate profundo es limitado.
Sanguino no dudó en señalar al presidente del Senado como responsable de esta situación: “Es absoluta responsabilidad de Cepeda, quien engavetó por diez semanas la apelación al hundimiento”.
Esta demora, según el ministro, redujo las posibilidades de tramitar la reforma de manera adecuada, obligando al Gobierno a acelerar esfuerzos en un escenario donde las mayorías no están garantizadas.
A pesar de las dificultades, Sanguino mantiene un “optimismo moderado”. “Daremos el debate democrático que siempre hemos sostenido”, aseguró en el periódico, recordando los esfuerzos previos en la Cámara y la Comisión Séptima del Senado.




Un tema sensible en la reforma es el ajuste de los recargos nocturnos y dominicales, que ha causado resistencia en algunos sectores. Sanguino reveló que ya se había alcanzado un acuerdo para que la jornada nocturna comience a las 7:00 p. m., pero rechazó cualquier intento de diluir aún más la propuesta.
“Ahora que no nos vengan a decir que sea a partir de las 8:59 p. m. Algunos están buscando cómo tacañearle a la reforma, pero daremos el debate”, advirtió.
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