Aunque estaba previsto que iniciará ayer, finalmente el primer debate de la reforma laboral en Comisión Séptima de la Cámara de Representantes fue aplazado por falta de quórum y reprogramado para la mañana de hoy, pero también fue apalzado por la misma razón. Entre lo que quedó de la jornada estuvieron las palabras de la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, asegurando que es una oportunidad de oro para hacer una disrupción de las prácticas actuales.

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La discusión será larga, difícil y llena de propuestas desde varios sectores. Algunas lanzadas por los observatorios Fiscal y Laboral de la Universidad Javeriana, que recientemente compartieron un documento con su “fórmula” para ajustar aspectos como el recargo nocturno.

En su concepto, la jornada nocturna –que el Gobierno pretende entre 7:00 p. m. y 6:00 a. m.– podría establecerse desde las 8:01 p. m. hasta las 6:00 a. m. a partir del próximo año, pero abriéndole la puerta a un cambio en caso de que las cifras del mercado laboral mejoren.

“Cuando la tasa de informalidad laboral se encuentre por debajo del 45 % y el desempleo por debajo del 9 % certificados por el Dane para el 30 de noviembre del respectivo año, la jornada laboral nocturna del año siguiente empezará a partir de las 06:01 p. m.”, sugieren.

En la misma dirección

La propuesta coincide con apuntes del tanque de pensamiento Fedesarrollo, en el sentido de que la entrada en vigencia de algunas medidas de la reforma –las cuales no especificó– estén atadas a un umbral en la tasa de desempleo, que podría ser del 8 %.

Hoy, ese indicador alcanza el 10 % mientras que la de informalidad llega al 58,2 %, por lo que en principio sería todo un reto lograr esas ambiciosas metas, aunque por ejemplo en noviembre de 2015 el desempleo llegó a estar en 7,6 %.

En todo caso, los observatorios Laboral y Fiscal aseguran que los sectores que merecen especial atención dentro de la reforma son el portuario; las trabajadoras del hogar; los migrantes; la población LGBTIQ+; y los vendedores ambulantes.

En ese entendido, la mintrabajo manifestó que el Gobierno quiere hacer “una muy buena reforma y buscar unos puntos de equilibrio porque hoy no podemos seguir trabajando y legislando a favor del empresariado, sino que también, debemos legislar con la contraparte, que son las y los trabajadores”.

Desacuerdo con el texto

Pero como la iniciativa da para todo, ya hay una oposición declarada desde algunos sectores. Por ejemplo, la Mesa de la Productividad y el Empleo, que se compone de más de 20 agremiaciones, hizo un fuerte pronunciamiento y manifestó su desacuerdo con el texto presentado por el Gobierno al considerar que no es incluyente y no atiende las necesidades de formalización.

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Para la Mesa de Productividad, que representa a 35.000 empresas generadoras de 650.000 empleos, las compañías “deben poder aumentar o reducir la nómina de empleados de acuerdo con la necesidad del negocio, asumiendo indemnizaciones razonables”.

También cree que como está redactado “el despido arbitrario podría interpretarse como cualquier despido sin justa causa lo que terminaría con la capacidad del empresario de decidir con quien trabaja, es decir que cercena la capacidad empresarial”.

Igualmente aclara que aunque respeta a los sindicatos, la reforma “pone en desventaja al empresario y privilegia esta relación por encima de cualquier otra forma de relación entre empleador y trabajador”.

Por eso le pidió al Gobierno y al Congreso que se acojan las ponencias alternativas de los congresistas Carlos Ardila y Víctor Manuel Salcedo, que a su modo de ver van más alineadas a combatir la informalidad.

Entre las propuestas de la ponencia de Salcedo se establecería la jornada nocturna desde las 8:00 p. m., buscando un balance entre las mejoras a las condiciones de los trabajadores sin que implique la pérdida de puestos de trabajo.

Adicionalmente se les cerrarían las puertas a las huelgas en sectores categorizados como servicios públicos esenciales, mientras que en el caso de las plataformas tecnológicas –que ha generado bastante polémica en el marco de la reforma– estas tendrían que proteger a sus socios asumiendo el pago de la seguridad social.

Con todo esto, el debate está a punto de empezar y el país se prepara para conocer cómo serán las condiciones laborales de aquí en adelante, en lo que será el ajuste más importante en las últimas dos décadas.