Ante las afectaciones económicas provocadas por la pandemia del COVID-19, la necesidad de trabajar sobre una nueva reforma tributaria es cada vez más grande, o por lo menos así lo ha expuesto el Ministerio de Hacienda, desde donde Alberto Carrasquilla ha dicho que la propuesta se presentará antes de que finalice el primer trimestre de 2021.

Aunque la mayoría de autoridades económicas coincide en que los desajustes tributarios (y financieros en general) han sido provocados por el coronavirus, otros analistas señalan que la cosa venía mal desde antes y la pandemia fue solo la gota que rebosó el vaso.

“Todo es resultado de algo que venía de atrás. Ya veníamos con un desbalance fiscal difícil de superar”, le dijo a Pulzo el abogado y economista José Roberto Acosta”.

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En relación con la pandemia, el Gobierno se vio obligado a abandonar la Regla Fiscal. Por eso, desde el Ejecutivo se requiere de una compensación por medio de mayores ingresos frente al nivel de endeudamiento que trajo consigo el virus. 

El aumento del gasto público pudo verse reflejado en proyectos como el Programa de Apoyo al Empleo Formal (Paef), que contribuyó al pago de un porcentaje de la nómina en algunas empresas. Otro rubro fue el de Ingreso Solidario, dirigido a trabajadores independientes que no estaban en otros programas como Colombia Mayor o Familias en Acción.

“Hay que eliminar exenciones y simplificar el régimen tributario. Esos deberían ser los dos puntos fundamentales”, afirmó Acosta.

En diálogo con Blu Radio, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, afirmó que es inevitable un aumento de impuestos si lo que se quiere es estabilizar la economía. 

“Segundo, por el tema del gasto, hay espacio para mejorar, recortar gastos innecesarios, focalizar mejor el gasto social”, añadió.

Dijo también que es necesario revisar las metas de déficit pues, teniendo en cuenta los cambios impuestos por la pandemia, estas tendrían que rebajarse.

La tensión por la instauración de una nueva reforma tributaria ha llegado a tal nivel que hasta el expresidente Álvaro Uribe la postula como un “imperativo”.

“La reforma tributaria es un imperativo, porque al país le han renovado la confianza inversionista, pero no puede correr el riesgo de perder el grado de inversión, lo que nos podría costar 200 puntos básicos más al año en tasas de interés. Con un endeudamiento de 650 billones de pesos, eso equivaldría a 13 billones adicionales en intereses al año. Eso es muy grave”, le dijo a Semana.