La compañía colombiana, que este 2020 cumple 40 años (desde 1.980) en el mercado, fue fundada por Beatriz Fernández y Eduardo Macías, una pareja de esposos que tuvo la idea de “algo más que un buen negocio” en la universidad, y que llevaron a la realidad con una pequeña crepería en la calle 85 con carrera 11, en Bogotá, indicó El Tiempo.

“Entendimos desde el comienzo que si llegas al corazón, te quedas en la mente. Por eso evolucionamos bajo el principio de mi filosofía, sentirse bien, hacer el bien y hacerlo bien”, indicó Fernández en el diario.

El restaurante pasó de tener solo dos socios fundadores a tener más de 6.000 empleados, 80 sucursales en Colombia y más de 15 a nivel Latinoamérica, con un estilo rústico francés y un ambiente joven e informal, indicó la empresaria.  Señaló además que la receta y la fórmula para hacer crecer el negocio durante todo este tiempo fue “aplicarle amor y conciencia a todos los procesos”.

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Pero no contratan a cualquier persona; según contó Fernández en Smart Speakers, la selección de sus trabajadores es “muy particular”, ya que solo contrata víctimas de conflictos domésticos y madres solteras, las cuales conforman más del 90 % de la nómina de la cadena de restaurantes que, como todas, tuvo que parar por momentos difíciles por causa de la pandemia de la COVID-19.

La compañía presentó una nueva estrategia, con un pelotón de mujeres en motos eléctricas,  para sortear las dificultades que ha dejado la crisis por la enfermedad a este sector. De acuerdo con la marca, la flota de domiciliarias seguirá todos los protocolos de bioseguridad para que las entregas lleguen sin contratiempos a sus lugares de destino.

“Son ellas las encargadas de entregar nuestros pedidos con una sonrisa y decir gracias por elegirnos. El gusto es nuestro”, destacó Crepes & Waffles desde su cuenta de Instagram.