De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, OIT, en su más reciente informe sobre empleabilidad en el primer trimestre de 2022, la tasa de desocupación promedio de la región es de 7,9 %, y la tasa de ocupación de 57,2 %. Sin embargo, aún se presentan déficits en las competencias que exige hoy por hoy el mercado laboral.

(Lea también: Contratos de prestación de servicios no podrían acabar en Colombia; advierten impedimento)

Y es que las competencias van más allá de hacer las cosas bien. Las empresas prestan más atención a cómo se hacen las cosas.

¿Pero cómo manejar esas competencias?

Según la Universitat Carlemany, en ocasiones podemos hablar de competencias con el término ‘habilidades blandas’, siendo un conjunto de rasgos de la personalidad productivos, que caracterizan las relaciones de una persona en un medio y se basan en tres elementos funcionales clave: interpersonales, sociales y profesionales.

(Lea también: Grandes empresas lanzan ofertas empleo en Colombia para 2023: conozca cómo aplicar)

En esta medida, y luego de la evolución del mercado debido a las coyunturas, estas son las competencias profesionales más solicitadas por las empresas hoy día.

Qué competencias buscan las empresas

  1. Capacidad de aprendizaje: hace referencia a la curiosidad, la importancia que se le concede al avanzar, la visión de la formación como una herramienta que permite el desarrollo de la mente y la amplitud de las perspectivas.
  2. Sociabilidad: las personas sociables que, además, emplean modelos de comunicación asertivos en su día a día, tienden a generar vínculos con los demás que les facilitan su desarrollo personal y profesional. Además, ¿quién no quiere trabajar con personas agradables que socializan?
  3. Resolución de problemas: en un entorno profesional, no importa el tipo o tamaño de la empresa, se dan situaciones problema que requieren de soluciones. La capacidad de dar respuesta a estas situaciones es muy valorada en contextos cambiantes.
  4. Organización: no solo relativa a la propia empresa, sino también a la integración de los propios métodos y rutinas en una organización superior. La capacidad de adoptar procesos y sistemas organizativos en un puesto de trabajo.
  5. Positividad: sin llegar a una actitud de verlo todo como un camino de rosas. Lo ideal es ser capaces de ver las situaciones problema como hechos que pueden ser llevados de diversas maneras. Y que no tienen por qué suponer el peor de los problemas o un contratiempo insalvable. Desde el realismo y la practicidad pueden abordarse las situaciones de un modo optimista.
  6. Profesionalismo y responsabilidad: aquellas personas que se comportan en su día a día con responsabilidad y mostrando que son capaces de hacer su trabajo de manera constante, son modelo y por lo tanto interesan a las empresas.
  7. Trabajo en equipo: siempre que el trabajo esté organizado de forma que implique a distintos profesionales para su desarrollo, esta competencia será muy valorada.
  8. Motivación y dedicación: se trata del par perfecto para obtener resultados que tengan repercusión en el propio desempeño y el percibido por los demás.


9. Comunicación: una comunicación asertiva y empática, que haga posible el establecimiento de relaciones y facilite el trabajo en equipo.

10. Adaptabilidad: la flexibilidad y capacidad de adaptarse a distintos contextos y situaciones permite que el trabajo se desarrolle en condiciones óptimas. Hemos aprendido que la estabilidad laboral no es tan habitual, y que los cambios son parte de toda trayectoria personal y profesional.