La explicación de la reapertura económica de Bogotá —el 8 de junio— en quizá el pico más fuerte de la pandemia de coronavirus, algo que luce contradictorio, apunta al hecho de que todas las circunstancias que rodean el paro nacional les impusieron condiciones también a las autoridades capitalinas.

“La conclusión rápida del comité epidemiológico que tuvo lugar este lunes es que esta semana seguíamos exactamente igual que la anterior”, dijo Alejandro Gómez, Secretario de Salud de Bogotá, en Caracol Radio. “Estamos en alerta roja y seguíamos con nuestros toques de queda y nuestra ley seca, mirando lo que sigue para la próxima semana”.

El funcionario agregó que la propuesta de Bogotá está coincidiendo con lo que está diciendo el Gobierno Nacional. “Desde la semana pasada, la alcaldesa Claudia López dijo que íbamos a reactivar las diferentes actividades, entendiendo además un mandato ciudadano que había privilegiado las demandas sociales, dentro de ellas, la reactivación económica y la reactivación laboral, sobre las mismas medidas sanitarias”, precisó Gómez en la emisora.

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Subrayó que el gobierno distrital había propuesto abrir todas las actividades, pero “respetando las medidas de bioseguridad y los aforos que ha planteado el Gobierno Nacional, y en ningún caso decir que a partir del 8 de junio volvemos a una Bogotá de prepandemia. Nunca será así. No lo estamos haciendo nosotros ni lo está haciendo el mundo entero”.

Gómez recordó en ese medio que Bogotá bordea el 100 % de ocupación de UCI desde hace varias semanas. “En este instante, estamos en un 97 %. Todos los días resultan UCI, pero todos los días resultan también solicitudes de UCI, y eso nos maneja un estrés muy alto”, contó.

“¿Cómo le explicamos a la gente que buena parte de nuestra población esté encerrada en la casa, cuando todos los días por la ventana o cada vez que prenden un televisor ven miles y miles de personas en la calle, haciendo actividades, entre otras, de protesta que no se compadecen con el estado epidemiológico?”, se preguntó Gómez, y en su respuesta está la explicación de la decisión.

Nosotros llegamos a la conclusión de que teníamos que saber entender lo que la sociedad había priorizado. A partir del 28 de abril, una parte de la sociedad dijo clarísimamente: ‘El tema de la pandemia para nosotros empieza a ser secundario, y la protesta social, las reivindicaciones sociales, pasan a ser prioritarias’”, admitió Gómez.

En este punto también surge una reflexión que quizá no consideró la administración distrital, o por lo menos no la mencionó Gómez: dice que supieron “entender” que la sociedad había priorizado las protestas por encima del tema de la pandemia. Pero muy buena parte de esa “sociedad” a la que se refiere el funcionario no está de acuerdo con las protestas ni los bloqueos, por lo que todavía falta por aclarar por qué la alcaldía solo supo “entender” a los sectores que protestan, pero no a los que rechazan el paro, que los hay.

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“Podíamos, incluso, empezar nuevamente, con las medidas y las recetas con las que estuvimos durante un año y dos meses, a decir: empecemos a cerrar la ciudad. Entendimos que no iba a haber apego a ese tipo de norma”, explicó el secretario de Salud.

Para el funcionario, “lo peor que le puede pasar a uno desde el gobierno es que emitamos una norma cuya adherencia por la población no va a existir, y contra la cual nosotros no tenemos mecanismos para obligar a su cumplimiento. Por eso es que entendimos que debíamos volver a abrir la ciudad”.

Remarcó que Bogotá está en “un momento de estrés epidemiológico” y explicó que la decisión de reabrir Bogotá “no tiene que ver con una consideración de carácter epidemiológico; tiene que ver con una consideración de carácter social. Estamos entendiendo un mandato ciudadano que nos dice: ‘priorizamos otra cosa’”.

“Y nosotros no podemos hacer otra cosa que sancionar, desde el punto de vista normativo, o sea, aprobarlo desde el punto de vista normativo, este tipo de conducta y dar las condiciones de bioseguridad para que sea con el menor riesgo posible”, concluyó el funcionario.