Pese a que varios líderes mundiales han hecho énfasis en que la vacuna no se debería convertir en un negocio y se tiene que acudir a la equidad para garantizar que todos los ciudadanos queden protegidos del COVID-19, en diferentes países ya se habla de un eventual negocio que se daría con la venta de la dosis.

En España, por ejemplo, dan por hecho que la vacuna generará enormes ingresos para la empresa que la desarrolle y el negocio se centraría en las patentes.

“Es lógico que una empresa que ha invertido dinero, tiempo, esfuerzo y personal en desarrollar un invento, quiera ostentar un monopolio sobre el mismo. Es decir, que nadie pueda fabricarlo o venderlo sin su autorización”, explica Javier Serrano Irurzun, analista del diario Vanguardia, de España.

Buena parte de esa responsabilidad la tendría el Estado, que se haría cargo de conceder las patentes con algunos límites.

“Es un acuerdo en el que la empresa gana, pues obtiene un derecho de exclusiva, y el Estado gana, pues favorece el progreso tecnológico y el interés por la innovación en el país”, describe ese mismo medio.

Pese a que se trataría de un acuerdo entre el Estado y la empresa fabricante, no se puede considerar como una patente de un producto normal. Se trata de una vacuna que tiene un interés social que debe primar y que se requiere con urgencia en países como Colombia y decenas más.

Tan pronto se realicen todas las pruebas y se apruebe por las autoridades respectivas, Colombia entraría a hacer fila para poder importar la anhelada vacuna contra el coronavirus. Según Noticias Caracol, la ruta que tendría el país para importar sería a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud.

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“Es una ruta que nos da garantía de que las vacunas llegan de manera fácil y rápida, pero esta vía tomaría al menos unos seis meses después de que algunos laboratorios anuncien que la vacuna ya está lista”, explicó la doctora Fernanda Hernández, médica de Noticias Caracol.

Para Diego García, exdirector de Vacunación del Ministerio de Salud, las primeras dosis estarían disponibles primero para los países del primer mundo o de mayores ingresos. Sin embargo, varios líderes mundiales han promovido que haya equidad para que todos tengan pronto acceso a la misma.

“Una vez se tenga la vacuna ya disponible a nivel internacional, esta debe pasar por un proceso de precalificación en la Organización Panamericana de la Salud para poder ser adquirida muy fácilmente por nuestro país”, detalló García, citado por ese mismo medio.