Popescu, conocido por estar entre los mayores poseedores de Bitcóin en el mundo, se ahogó hace unos días en la Playa Hermosa, en Costa Rica, detalló el New York Post. 

Según los informes de las autoridades costarricenses, Popescu fue “arrastrado por la corriente y murió en el acto”.

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La fortuna del empresario rumano estaba protegida, al igual que la mayoría de inversiones en bitcóin, por una clave que solo él tenía y que, al parecer, ninguno de sus familiares cercanos conocía, agregó ese rotativo. 

Alexander Marder, analista de investigación de Crypto Briefing, dijo a ese periódico que lo más probable es que la inversión del rumano se pierda en caso de que no se pueda acceder a su cuenta. 

Por otra parte, Anthony Pompliano, fundador de Pomp Investments, aseguró a ese medio que la pérdida de la fortuna del empresario significará que el valor de la moneda se incrementará. Es decir, paradójicamente, la pérdida de la fortuna de Popescu enriquecerá a los demás poseedores de bitcóin. 

“Las monedas perdidas solo hacen que las monedas de los demás valgan un poco más. Piensen en ello como una donación para todos”, apuntó Pompliano, en ese medio. 

La revista Business Insider recordó que Popescu fue uno de los primeros inversores agresivos en bitcóin, en 2012, y muestra de su arriesgada apuesta era la fortuna avaluada en 2.000 millones de dólares a su nombre. 

“Popescu tenía una marca agresiva de ‘evangelismo bitcóin’ sin complejos que hizo que su influencia perdurara a pesar de los escándalos documentados de sexismo, intolerancia y antisemitismo”, recogió esa publicación, acerca del controversial empresario rumano fallecido en Costa Rica.