En la vereda Vallecitos, ubicada a 3.000 metros sobre el nivel del mar en el Tolima, aunque los habitantes se enorgullecen por estar rodeados de alverja de alta calidad, hoy solo se habla de las deudas bancarias y de cómo hacer para sobrevivir en el campo. 

“Qué bueno fuera que de pronto el Gobierno nos pudiera colaborar en algo, a la gente que estamos endeudados en el banco, por que la situación está muy crítica”, dijo un agricultor.

Otro opinó que actualmente están en pausa, pues no se pueden arriesgar con un nuevo cultivo, teniendo en cuenta que la temporada de invierno se extenderá hasta el próximo mes.

“Estamos completamente acorralados (…) en el campo estamos abandonados, practicamente, trabajamos a pulso, no recibimos ayuda en absolutamente nada”, aseguró.

Lo paradójico del caso es que mientras en la ciudad una libra de arveja no baja de los $4.000, en Santa Isabel se está perdiendo, pues no hay vías para transportarlas, ni comercializarlas, lo mismo sucede con el frijol.

En medio del complicado panorama, los agricultores también mencionaron el alto costo de los insumos, pues aunque desde el Gobierno central se habla de buscar estrategias para mitigar la crisis, en las zonas rurales aún no se ve reducción de precios.

Situación en Dolores 

Otros de los productos insignia en la región es el café, según Giovanny Herrera, alcalde de Dolores, es que se está adportas de iniciar el ciclo de cosecha y “a la gente se le está cayendo el café sin madurarse de los árboles, porque tanto invierno los está afectando”.

Lo triste de la historia, es que los cultivadores estaban optimistas por los buenos precios que tiene por estos días el grano. Se estima que son más de 2 mil familias las que dependen de dicho producto.

“En la época en que se inicia la cosecha de café, a nuestro municipio llegan más de 2 mil recolectores de distintas partes del país”, explicaron.

El otro grupo que está pasando por una crisis es el de los lácteos, pues debido a la prolongación de las lluvias, las vacas disminuyeron su producción.

Todos estos factores hacen que el agro a nivel general esté tambaleando, pues sin un respaldo del Gobierno nacional, la pregunta diaria de los campesinos sigue siendo si es prudente seguir sembrando.