El Quindío atraviesa un momento económico desafiante como consecuencia de la reciente apreciación del peso colombiano frente al dólar estadounidense. De acuerdo con el Observatorio Económico de Armenia, entre enero y julio de 2025 la moneda nacional registró una valorización cercana al 8%. Este fenómeno, lejos de ser anecdótico, ha tenido repercusiones tangibles: la región perdió cerca de $57.000 millones solo en el segundo trimestre del año, afectando de manera particular a quienes dependen de las exportaciones y del ingreso de remesas internacionales[CRIPT].
La raíz de este impacto es la siguiente: cuando el peso se aprecia frente al dólar, los productos colombianos cuyo valor se fija en dólares se tornan menos competitivos para los compradores en el exterior, pues les resultan más costosos. Esta situación desincentiva la demanda internacional y limita la generación de divisas por concepto de exportaciones. Al mismo tiempo, las remesas recibidas en dólares —fundamentales para muchas familias quindianas, sobre todo en zonas rurales y semiurbanas— se traducen en un monto menor en pesos, afectando directamente el consumo y el bienestar de los hogares[CRIPT].
Sin embargo, este contexto también facilita la importación de bienes, pues el mismo monto en pesos permite adquirir un volumen mayor en dólares, lo que beneficia tanto a la industria local que necesita insumos importados como a los consumidores finales. A nivel nacional, la tendencia se define como “estructuralmente bajista” para el dólar, y expertos prevén una posible caída de la divisa por debajo de los $3.750 para finales de 2025. Dicho comportamiento está influenciado por factores como la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos y la coyuntura política interna de Colombia[CRIPT].
El impacto de la apreciación del peso es doble: por una parte, alivia los pasivos externos denominados en dólares y reduce el costo de importaciones; pero, por otro lado, si las exportaciones caen de forma significativa, el déficit comercial puede ampliarse e incluso afectar el crecimiento económico a mediano plazo. Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y reportes de El Espectador advierten sobre esta vulnerabilidad, especialmente en países emergentes como Colombia.




Las recientes señales de las autoridades monetarias de Estados Unidos, con una postura más flexible en relación con las tasas de interés, han generado una menor demanda global de dólares, lo cual ha intensificado la presión bajista sobre la divisa frente al peso colombiano. Además, la confianza de los mercados en la estabilidad institucional y política local influye de forma positiva en la fortaleza del peso, de acuerdo con informes del Banco de la República y análisis de Reuters.
En el plano social, el descenso en el valor efectivo de las remesas puede ser compensado parcialmente por un abaratamiento en los bienes importados, lo que contribuye a estabilizar ciertos precios en el mercado nacional. No obstante, la balanza permanece delicada. Experiencias de economías similares reflejan la necesidad de adoptar políticas de incentivo a la exportación, mayor diversificación de mercados y una disciplina macroeconómica robusta para afrontar cambios súbitos en el panorama cambiario[The New York Times, CEPAL].
De esta manera, el caso del Quindío ilustra los matices y contradicciones que impone una apreciación acelerada de la moneda local. Superar este ciclo requerirá respuestas institucionales integrales, centradas en fortalecer al sector exportador, estabilizar las finanzas públicas y salvaguardar el poder adquisitivo de los hogares dependientes de ingresos en dólares[Crónica del Quindío].
¿Qué estrategias pueden aplicar los exportadores en el Quindío ante la apreciación del peso colombiano?
Un escenario en el que el peso local se valoriza frente al dólar obliga a los exportadores a explorar alternativas para no perder competitividad. La búsqueda de nuevos mercados internacionales, diversificar la oferta exportable y renegociar contratos con precios más flexibles frente a las fluctuaciones cambiarias son acciones sugeridas en distintas coyunturas por entidades como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Además, la adopción de tecnologías para disminuir costos de producción puede ayudar a amortiguar el impacto negativo de un peso más fuerte.
Estas respuestas ganan relevancia, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas quindianas que, más allá de su presencia en el exterior, dependen en buena medida del mercado global. Estar atentos a la evolución del contexto internacional y a la política monetaria de países socios es clave para anticipar ajustes que permitan sostener el flujo de ingresos y la estabilidad regional.
¿Por qué la política monetaria de la Reserva Federal de EE. UU. influye en el valor del peso colombiano?
La Reserva Federal de Estados Unidos (conocida como Fed) establece la tasa de interés de referencia para la economía más grande del mundo. Cuando la Fed indica interés en mantener tasas bajas o reducirlas, como ha ocurrido recientemente, disminuye la rentabilidad de tener dólares, lo que desincentiva la demanda global por esta divisa y propicia la revaluación de monedas emergentes como el peso colombiano.
Esta relación se vuelve determinante en economías con alta exposición al comercio internacional y a los flujos de capital. La valoración del peso respecto al dólar depende en buena parte de las señales que emite la Fed, lo que explica por qué decisiones tomadas en Washington tienen una repercusión directa en la vida cotidiana y en los balances económicos de regiones como el Quindío.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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