La Unidad de Restitución de Tierras de devolvió su antigua propiedad a la familia, luego de que sus miembros presentaron un proyecto productivo para renovar las 58 hectáreas de terrenos que en 1998 utilizaban para sembrar pasto y criar ganado, revela el medio yopaleño Las Chivas del Llano.

El desplazamiento de la familia, cuyo nombre se mantuvo en reserva, por seguridad de los implicados, comenzó cuando las Farc quisieron forzar al jefe de la familia a militar con ellos en reuniones y protestas y aceptar que los insurgentes reclutaran a sus hijos.

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Como la cabeza del hogar se negó, la guerrilla lo amenazó con que debía irse del pueblo o tendría “graves consecuencias”, señala el medio local.

No solo bastaba con que se fueran del pueblo, sino que tuvieron que hacerlo de manera secreta, viajando en un camión de cerveza hasta llegar a Villavicencio, donde viven en la actualidad.

Wilson Leyton, director territorial de la Unidad en Meta, dijo, citado por Las Chivas del Llano: “En la sentencia, el juzgado ordena otros beneficios para esta familia, como subsidio de vivienda, condonación de deudas por concepto de impuestos, proyectos productivos y acompañamiento de las entidades del Estado”.

El caso de esta familia fue evaluado y se decidió que la justicia “los declarara víctimas de desplazamiento y abandono forzado de tierras y a su vez, ordenara la restitución jurídica y material del predio”, concluye el medio casanareño.