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33 de cada 100 colombianos estuvieron en situación de pobreza monetaria en el 2023. Esta relación es menor a la registrada en el 2022 cuando 36 de cada 100 estaban en esa misma condición.
Estos datos los reveló ayer el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) al resaltar la reducción de la pobreza monetaria y la pobreza extrema en Colombia, gracias al aumento de los ingresos laborales en los hogares del país, así como alza en remesas y donaciones.
#AEstaHora entregamos los resultados de #PobrezaMonetaria correspondiente al año 2023.
Sigan la transmisión #envivo en https://t.co/ah8JrS9BwD pic.twitter.com/WDNllDIlpi— DANE Colombia (@DANE_Colombia) July 16, 2024
En ese orden, el Dane determina un nivel de ingresos mensuales para decir quién es pobre en Colombia, a eso le llaman línea de pobreza monetaria. Entonces, en 2023, la cantidad de dinero que le llega al bolsillo considerada para estar en extrema pobreza por persona fue de $ 218.846 mensuales. Esto representó un aumento de $ 20.148 frente a 2022, y para una familia de cuatro, esto significó $ 875.384 al mes.
(Vea también: Alivio para el bolsillo: Dane reportó los alimentos más económicos de la canasta familiar)
En cuanto a la pobreza monetaria, para que usted sea considerado pobre, el umbral por persona se ubicó $ 435.375 en ingresos mensuales en el 2023. Esto correspondió a un alza de $ 38.511 respecto al 2022. Y para una familia de cuatro personas, esto equivalió a $ 1.741.500 al mes.
El golpe de la inflación
Analistas consultados por este medio resaltaron que la reducción de la pobreza no es poca cosa, especialmente en un año difícil para las familias como lo fue el 2023. “Pensé que habría un estancamiento o incluso un leve aumento, ya que la alta inflación de alimentos golpea fuerte a quienes intentan adquirir la canasta básica”, dijo Silvia Otero, profesora de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos del Rosario.
Sobre este tema, Piedad Urdinola, directora del Dane, le indicó a El Colombiano que la pobreza monetaria se puede revisar en términos de inflación con las líneas de pobreza. A nivel nacional esta línea se incrementó 9,7%, mientras que la línea extrema creció al 10,14%.
“Sin embargo, los análisis realizados confirman que los efectos del crecimiento de los ingresos de los hogares y de su redistribución generó esa reducción de la pobreza, a pesar del incremento de los precios”, detalló Urdinola.
No obstante, Otero recordó que, en 2023, la inflación de alimentos creció y la actividad económica estuvo regular, cerrando con malos datos; entonces, cuando la economía se mueve poco y la inflación es alta se crea una tormenta perfecta para que aumente la pobreza. “Aunque la reducción fue modesta, es un buen dato considerando todo lo que pasó en 2023 con tantos vientos en contra”.
¿Y las transferencias?
Cabe recordar que las ayudas institucionales expresadas en transferencias monetarias son tenidas en cuenta por el Dane para calcular la pobreza.
Por eso, Horacio Coral Díaz, exdirector de Desarrollo Social del DNP y magíster en Economía, precisó que, según el cruce que se hace con registros administrativos, se puede decir que, sin subsidios, la pobreza monetaria habría sido 4,4 puntos mayor.
Sin embargo, hizo el siguiente cuestionamiento: “Pero las ayudas tienen una contracción en la variación del ingreso del primer quintil (familias de bajos recursos)”.
Y pese a que Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social (DPS), entidad encargada de las transferencias monetarias, celebró la reducción de la pobreza, catalogándola como un “noticiononón… ¡La pobreza monetaria disminuyó 3,6% el año anterior! 1,6 millones de compatriotas han superado la pobreza monetaria; expertos consideraron que estas ayudas institucionales fueron menores y con baja cobertura.
Esto lo sustentan en el dato de contribución, según fuente de ingreso por quintiles (grupos de familias por ingresos), ya que de las ayudas institucionales cayeron en cuatro de cinco grupos. Por ejemplo, en las familias de altos ingresos, los subsidios cayeron entre -0,10% y -0,33%; y en los hogares de menores ingresos la caída fue de –2,07%, mientras que los ingresos laborales crecieron al 8,92%.
Por eso, Otero sostuvo que la participación de las transferencias en el ingreso del 20% más pobre se contrajo. Y le dijo a Bolívar que espera que al menos esté reunido con su equipo analizando el tan nefasto dato para la gestión del DPS, “mucho cacareo, pero poca expansión en cobertura y suficiencia en renta ciudadana”.
Para Otero, curiosamente, las transferencias ayudan mucho a la reducción de la pobreza, pero el dinero de estos programas fue menos en el 2023 frente al resto de ingresos de los hogares como trabajo, remesas, regalos, pensiones. “Las ayudas instituciones ayudan a frenar la pobreza, pero estas no están teniendo su impacto efectivo en las familias de menores ingresos. Eso tiene que ver con los cambios en el DPS, tránsitos traumáticos de familias en acción a renta ciudadana, es decir, la cobertura no ha aumentado, más bien se ha reducido”.
En esto, Coral precisó que se redujo la cantidad de beneficiarios de las ayudas por el tránsito a renta ciudadana, pero eso no es consistente con los datos de Prosperidad Social. “Y, si lo fuera, la contribución en la variación debería ser al menos neutra. Está raro”.
Incluso Otero subrayó que, para haber sido un año duro, los ingresos institucionales debieron ser más alto para esas familias del quintil más bajo.
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