En el auditorio de la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, destacados representantes del sector empresarial participaron en el Foro Empresarial Colombia, desafíos y oportunidades. En este espacio, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, presentó un panorama alentador para el Quindío al informar que esta región alcanzó un crecimiento económico del 2.2 % en 2024, superando el promedio nacional del 1.6 %. Según Mejía, este avance ha sido impulsado principalmente por la agricultura, con énfasis en el cultivo de café, el turismo y el comercio, sectores considerados clave en la economía local, como lo confirman cifras oficiales presentadas en el evento.
En contraste con el desempeño regional, las perspectivas nacionales son menos favorables. De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y Fedesarrollo, Colombia enfrenta una marcada desaceleración económica, atribuida a la caída de la inversión, que representa tan solo el 16 % del Producto Interno Bruto (PIB), su nivel más bajo en los últimos veinticinco años. A esto se suma un déficit fiscal estimado en el 8 % del PIB para 2025, cifra nunca antes registrada, producto en parte de la suspensión de la regla fiscal. Esta medida ha incrementado el gasto público pero ha limitado los controles sobre su sostenibilidad, generando preocupación en diversos sectores.
Un aspecto central abordado en el foro fue el empleo. Mejía destacó que el Quindío ha conseguido igualar su tasa de desempleo al promedio nacional; sin embargo, la informalidad laboral representa un reto persistente. Según el Ministerio de Trabajo y el Banco Mundial, el 57 % de los trabajadores colombianos se desempeñan de manera informal, lo que restringe su acceso a beneficios fundamentales como seguridad social, formación y estabilidad económica. Esta situación obstaculiza el desarrollo del mercado laboral y reduce la calidad del empleo en todo el país, señalan estos organismos.
El informe de Mejía subrayó el liderazgo regional del café, que contribuye al 28 % del PIB departamental, frente al 9 % que este sector representa a nivel nacional. Este dinamismo ha recibido un impulso adicional gracias a los precios internacionales récord, lo que ha beneficiado directamente a los productores del Eje Cafetero. Datos de la Federación Nacional de Cafeteros señalan una variación positiva del 12 % tanto en el volumen como en el valor de las exportaciones en el último año, consolidando la fortaleza del sector.




El turismo emerge como otro pilar para el Quindío. Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la región se encuentra entre los cinco destinos más visitados del país, con un incremento del 15 % en el número de turistas internacionales y nacionales durante 2024. Este flujo de visitantes ha impulsado la hotelería, la gastronomía y los servicios asociados, generando encadenamientos productivos y dinamizando la economía local.
No obstante, Mejía advirtió que la incertidumbre política y económica actual, que supera la de los últimos cinco años, afecta negativamente la confianza de los inversores. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) respalda esta apreciación y destaca que la volatilidad política y las reformas regulatorias recientes han llevado a que muchos empresarios posterguen sus decisiones de inversión. A pesar de ello, el Quindío registra índices de confianza superiores al promedio nacional, mostrando resiliencia ante un entorno incierto.
Fedesarrollo remarcó la importancia de fortalecer la agroindustria e integrarse a cadenas globales, evitando que solo los intermediarios perciban las ganancias. Expertos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) insisten en que políticas públicas orientadas a la innovación, la productividad y la formación técnica en zonas rurales serán vitales para la expansión internacional de estos sectores.
Finalmente, Luis Fernando Mejía concluyó que para consolidar el desarrollo económico nacional y regional resulta esencial reducir la informalidad y aumentar los niveles de inversión, mediante consensos entre el gobierno nacional y los territorios, y a partir de políticas estables capaces de afianzar la confianza y la competitividad. Esta articulación de esfuerzos constituye, según las fuentes consultadas, el camino para potenciar al Quindío como ejemplo de crecimiento dinámico en Colombia.
¿Por qué la informalidad laboral sigue siendo tan alta en Colombia?
La pregunta sobre la persistencia de la informalidad laboral en el país surge a partir de los retos destacados en el foro y la información proporcionada por el Ministerio de Trabajo y el Banco Mundial. La alta proporción de trabajadores informales limita el acceso a derechos básicos y afecta la estabilidad económica nacional, elementos clave para lograr un desarrollo sostenible y mayor bienestar social.
El fenómeno obedece a múltiples factores, entre ellos la estructura productiva dominada por pequeñas unidades empresariales y el bajo nivel de formación técnica en buena parte de la fuerza laboral. Abordar esta problemática demanda políticas públicas que incentiven la formalización, la capacitación y la creación de empleos formales de calidad.
¿Qué significa la "regla fiscal" y por qué su suspensión preocupa a los analistas?
La referencia a la regla fiscal en el contexto del déficit presupuestal merece atención. La regla fiscal es un mecanismo que limita el gasto público del gobierno para garantizar la sostenibilidad de las finanzas estatales a largo plazo.
Su suspensión ha permitido incrementar el gasto sin controles estrictos, lo que, según los expertos citados en el Foro Empresarial, pone en riesgo la estabilidad macroeconómica del país y genera dudas entre los inversores y ciudadanos sobre la gestión financiera del Estado.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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