Es un fenómeno extraño, sostuvo la periodista en El Tiempo, que mientras el resto de los países de la región tienen una expectativa de crecimiento económico del 0,2 %, la economía nacional ronda el 3,5 %.

Tan extraño, eso sí, como una sopa de mondongo sin callos. Y no hay explicación porque tampoco está muy claro de dónde viene el crecimiento”, comentó la columnista en su habitual espacio de opinión en ese periódico.

No obstante, la exeditora económica de la revista Semana cree que la inusitada lluvia de remesas desde el exterior, el altísimo precio del dólar, el incremento del 50 % del turismo, más el consumo bienes y servicios de la población migrante tienen arriba el comercio, pero no explican completamente las cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP).

Especialmente porque, según la comentarista, los motores que activarían la economía están ralentizados o a media marcha y “solo parece que algo bueno está pasando en inversión y en el sector financiero, pero no tanto para justificar el muy atípico buen momento”.

“No estamos creciendo por el lado de la industria, que viene marchando por debajo del año pasado; tampoco por la agricultura, que es el patito feo desde hace rato; ni por las edificaciones, que siguen paralizadas en los estratos altos; ni por la infraestructura, que sigue pagando los platos rotos de Odebrecht y apenas está despertando”, contextualizó Ochoa en El Tiempo.

Al parecer, las utilidades del narcotráfico son las que estarían alimentando la economía colombiana hasta llevarla a tener un crecimiento superlativo y que coinciden, de acuerdo con la columnista, con un escenario favorable para el “nefasto negocio blanco”.

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“No olvidemos que hay 200.000 hectáreas de coca y 1.500 toneladas de producción de cocaína; dos guarismos que doblan el récord de la época de Pablo Escobar Gaviria. Y que las hectáreas de coca son ahora cuatro veces más productivas que las de hace cinco años, gracias a la repotencialización de cultivos y semillas. Y que el precio internacional está por las nubes, con nuevos máximos como el gramo de cocaína a 300 dólares en Australia o Nueva Zelanda”, indicó la destacada columnista en el periódico.

Cabe recordar que en junio de 2019, la DNP anticipó que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se ubicaría en el 4,5 % en 2022, el desempleo descendería a 7,9 % y la pobreza caería del 27 % al 21 %. No obstante, ese optimismo no tiene tantos amigos especialmente en el Banco de la República que incluso bajó la expectativa de crecimiento al 3 % para el 2019 y al 3,3 % para el 2020, informó Dinero.