Habló con Donna McCulloch, estilista de moda conocida con el pseudónimo de Sulky Doll; Cat Meffan, instructora de yoga que posa de manera acrobática en varias partes del mundo, y Danny Coy, un fotógrafo con 173.000 seguidores que cobra alrededor de 400 dólares mensuales por garantizarle a sus clientes un aumento de 2.000 seguidores en ese periodo de tiempo.

Todos concuerdan en la efectividad de un buen ‘hashtag’ o etiqueta, porque se convirtió en una manera de llegar de manera contundente a nuevas audiencias de acuerdo con sus preferencias y sus gustos. Cat Meffan le confesó a la BBC que puede pasar hasta una hora pensando el texto que acompaña sus fotos.

De igual manera, es importante tener claro qué es lo que se quiere comunicar y ser coherente con ello. Todos resaltan que tener temas concretos bajo los que giran sus publicaciones es la mejor manera de incrementar los seguidores, que ellos entiendan el mensaje que se transmite y se fidelicen con la cuenta.

Danny Coy, por su parte, aconseja que otro de los caminos más directos para atraer público está en publicar constantemente y a las horas en las que mayor actividad hay en esa red social.

Y precisamente al hablar de publicaciones ya no solo se hace referencia a las fotografías, sino que las historias también juegan un papel importante. Las historias acercan a los seguidores con los ‘personajes’ que ven a través de una cuenta y los muestran tal y como son en la vida real, asegura la BBC.

“Las historias permiten a la gente comprender mejor cómo eres tú como persona y como marca”, le dijo Donna McCulloch a ese medio de comunicación.

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El cumplimiento de esas condiciones los llevó a ser influenciadores y, por consiguiente, las marcas se interesaron en ellos para llegar a una gran cantidad de personas por medio de ellos. Obviamente el pago por esos servicios es bueno. Danny Coy sostuvo que en un momento podría ganar fácilmente entre 3.000 y 4.000 dólares al mes por subir contenido de ese estilo.

Sin embargo, los tres influenciadores son claros al asegurar que hay que ser muy criterioso a la hora de seleccionar las marcas o empresas con las que negociar porque unas pueden jugar en contra de la esencia de la cuenta.