El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, volvió a referirse sobre lo que espera sea el comportamiento de las tasas de interés en Colombia, con base en el fenómeno inflacionario y con foco en los precios de los alimentos en Colombia.

Explicó Villar que, de momento, las expectativas siguen para que la inflación mantenga su tendencia a la baja y converja a la meta hacia el año 2024, lo que supone un nuevo escenario para lo que serán las tasas de interés a la espera de que sigan cayendo los precios de los alimentos.

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Agrega Villar sin embargo que, con los resultados de enero, todavía no se ven efectos significativos sobre la reducción del fenómeno de la demanda, agregando que los costos de los alimentos se mantienen al alza, pero con la expectativa de que bajen.

Si bien para el gerente del emisor el resultado del mes de enero volvió a presionar al alza, hay una ventana para que los colombianos sientan un alivio en el corto plazo.

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Expectativas sobre los precios de los alimentos en Colombia

Confirmó Villar que, efectivamente, Colombia va a ver una reducción en los precios de los alimentos, lo que ayudará sustancialmente a que la inflación termine el año 2023 bastante más debajo de los niveles que se vieron a cierre del año pasado.

Puntualmente, volvió a ponerle fecha a la reducción de la inflación en Colombia: se daría a cierre del primer trimestre del 2023.

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Esto, siempre y cuando el país no vea nuevas afectaciones significativas que suban los costos. Y la causa principal del pronóstico tiene su eje en que el precio de los alimentos en Colombia empezaría a ver una curva de descenso que seguiría incluso hasta cierre de año.

Datos del DANE permiten ver que, con corte a enero del 2023, los precios de los alimentos en Colombia, junto con las bebidas no alcohólicas, repuntaron 26,18 %.

Sobre los riesgos que pudieran volver a presionar, el dólar en Colombia sigue estando en la parte alta de la agenda.

Resaltó en ese sentido el gerente del Banco de la República que pudiera haber un nuevo coletazo, toda vez que la alta volatilidad volvió a sentirse en los primeros días de febrero, viendo una tasa de cambio que pasó de los $4.500 hasta los $4.800.

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