Tadej Pogacar tomó la partida vistiendo la camiseta amarilla, la que distingue al líder de la clasificación general, sabiendo que se trataría de una jornada difícil, pues tenía 2 premios de montaña de categoría especial, uno de ellos en plena meta.

Fue así como los ataques no se hicieron esperar y desde temprano los capos del equipo Jumbo se dieron a la tarea de desgastar a Pogacar con una incesante lluvia de arrancones lanzados por el también esloveno Tadej Pogacar y por el danés Jonas Vingegaard.

Sin embargo, Pogacar se mostró sólido, pues respondió a todos los ataques que recibió sin mayor dificultad.

De hecho, antes de la subida final, hizo un gesto de falta de humildad que le costó caro, ya que mostró su risa frente a la cámara de televisión e hizo la seña de estar “comiéndose” a sus rivales, que hasta ese momento no le habían hecho ni ‘cosquillas’.

Pero la batalla tenía más capítulos y en el ascenso hacia la meta Vingegaard, que era tercero en la general a 39 segundos, lanzó la estocada final a 4 kilómetros del arribo con un demoledor arrancón al que Pogacar no pudo reaccionar.

Al final, Vingegaard ganó la etapa por delante del colombiano Nairo Quintana y le sacó 2:51 minutos de ventaja a Pogacar, tiempo suficiente para destronarlo del liderato.

De esta manera quedó demostrado lo poco recomendable que es cantar victoria antes de tiempo, subestimar a los oponentes y creer que el triunfo está en el bolsillo cuando aún no se ha concretado.

En consecuencia, la clasificación quedó con Vingegaard primero, el francés Roman Bardet segundo a 2:16 y Pogacar tercero a 2:22.

Este jueves 14 de julio continuará la ronda gala con 165 kilómetros y 3 premios de montaña fuera de categoría, uno de ellos en la propia meta, ubicada en el mítico Alpe d’Huez.

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