Antes de que acabara el primer tiempo, cuando el partido estaba empatado 1-1, el jugador del Sevilla Joan Jordán recibió en su cabeza el impacto de una barra, al parecer de plástico, justo después del gol del empatar del Betis.

“Se suspende el partido de octavos de final de Copa del Rey entre el @RealBetis y el @SevillaFC. La RFEF condena todo acto de violencia en los terrenos de juego, publicó, poco antes de las once de la noche, la Federación Española en su cuenta de Twitter.

El incidente ocurrió nada más el francés Nabil Fekir empató para el Betis, a falta de 6 minutos para el descanso. En la celebración del gol por la hinchada local, un palo lanzado desde la grada del Benito Villamarín impactó en la cabeza de Jordán, quien se quedó acostado en el césped, algo aturdido.

Después de ocho minutos en los que el juego estuvo parado para atender al futbolista, y en medio de las conversaciones de los técnicos y jugadores de ambos equipos con el colegiado, el árbitro vasco Ricardo de Burgos Bengoechea, que estaba muy cerca de la acción, recogió el objeto lanzado desde la grada.

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El árbitro se lo entregó al delegado de campo y decidió que el partido quedara interrumpido cuando aún quedaban 6 minutos del primer tiempo.

A partir de ahí, los jugadores del Sevulla se retiraron a los vestuarios y los jugadores del Real Betis se quedaron sobre la banda del terreno de juego, mientras que en los videomarcadores se recordaba la necesidad del buen comportamiento en la grada y la prohibición de lanzar objetos durante el tiempo de espera.

45 minutos después de la agresión, y mientras los protagonistas y aficionados aguardan acontecimientos, el árbitro mantuvo conversaciones en los interiores del estadio bético con los técnicos y capitanes de los equipos y, seguidamente, adoptó la decisión de suspender el encuentro.

Durante el tiempo que se jugó, el Betis, con una gran presión adelantada, tuvo mayor dominio en un primer tiempo en el que fue más incisivo en ataque e incluso estrelló un balón en un poste a los 9 minutos con un cabezazo del argentino Germán Pezzella en un córner.

Sin embargo, fue el Sevilla el que abrió el marcador con un gol desde la frontal del área del argentino Papu Gómez en el minuto 35, tras un centro hacia atrás de Óliver Torres.

El 0-1 lo neutralizó 4 minutos después el francés Nabil Fekir, que igualó el marcador con un gol olímpico, al marcar directamente desde el córner con la colaboración del joven arquero sevillista Alfonso Pastor, lo que desencadenó los incidentes posteriores en la celebración del 1-1.

Tras la decisión arbitral, los jugadores del Betis se agruparon en el centro del terreno de juego y se despidieron de la afición verdiblanca, mientras que la mayoría de los seguidores fue evacuando el estadio tras conocer por la megafonía la suspensión del encuentro y entre gestos de desaprobación hacia la zona de la grada de Gol Sur, desde la que se arrojó al campo el objeto que impactó sobre Joan Jordán.

A este derbi copero asistieron unos 45.000 espectadores, al estar limitado el aforo del Villamarín a un máximo del 75 por ciento por las restricciones sanitarias, y entre ellos alrededor de 400 aficionados sevillistas, quienes, tras la suspensión, permanecieron en la zona acotada para el sector visitante a la espera de las instrucciones policiales.

Este Betis-Sevilla de los octavos de la Copa del Rey, que, como es habitual, había generado una gran expectación en la capital andaluza, había sido declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia.

Su dispositivo de seguridad supera las 600 personas, entre ellas cerca de 350 agentes de la Policía Nacional y el resto efectivos de Policía Local, Bomberos, Protección Civil, 061 y seguridad privada.