“Mi cuerpo no aguantaba más. Los dolores eran más grandes que el placer. Hablé con los médicos y pronto habrá un comunicado oficial del club”, señaló el zaguero nacido en Río de Janeiro a Globoesporte.

Neto empezó a entrenarse en marzo pasado, después de dos años de rehabilitación, pero los dolores constantes que siente en la rodilla y la columna le han obligado a colgar las botas.

“Aparentemente, en el día a día no tenía dolores, pero en los entrenamientos de alto nivel mi cuerpo no aguantaba los dolores en la rodilla y la columna, que fue lo más me entristeció al final”, explicó.

Reveló que le hubiera gustado jugar unos minutos en algún partido para despedirse de la afición, posibilidad que se le ofreció en la última jornada del Campeonato Brasileño contra el CSA, pero que él mismo descartó.

“Claro que tengo un cariño por el hincha y sería un regalo para él (vestirse de corto), pero la vida es el regalo. Tenía la intención de estar en campo por uno o diez minutos, los que fueran”, expresó.

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Neto podría ahora incorporarse como directivo del club de Chapecó, que el próximo año jugará en Segunda División tras finalizar penúltimo en el Campeonato Brasileño de este año.

De los 77 pasajeros que se encontraban en la aeronave siniestrada el 28 de noviembre de 2016, operada por la compañía boliviana LaMia, 71 de ellos fallecieron. Sobrevivieron tres futbolistas, entre ellos Neto, dos tripulantes y el periodista Rafael Henzel, quien murió en marzo pasado víctima de un infarto.

De los otros dos futbolistas rescatados con vida, el portero Jackson Follmann se vio obligado a retirarse, pues sufrió la amputación de una parte de la pierna, mientras que el lateral Alan Ruschel es el único que sigue en activo y al más alto nivel en las filas del Goiás, que compite en Primera División.

El Chapecoense, que aún responde a cerca de treinta procesos en la Justicia civil y laboral, ha cerrado decenas de acuerdos con familiares de las víctimas, aunque considera que no tuvo ninguna responsabilidad en el accidente.